jueves, septiembre 15, 2005

el siglo XIX le da clases de teoría monetaria al XXI (by Lucio V Mansilla)

Hoy todos dicen: el dólar sube, el dólar baja, el dólar se mantiene. Y, quieras que no, como consecuencia de ese lenguaje piensan en el mercado de cambios en términos de "oferta de dólares" y "demanda de dólares", lo que lleva a graves errores y confusiones. "El dólar no baja porque los exportadores no liquidan", "Tenemos superávit comercial, así que va a bajar el dólar", etc etc. Yo digo: para no confundirse es mucho más conveniente pensar en el tipo de cambio como el precio del peso: oferta de pesos, demanda de pesos, precio del peso (medido en dólares). Y miren a quién tengo de aliado.

Y, seguramente, yo no voy á sostener, como se sostuvo en el parlamento inglés, cuando se votó el curso forzoso y cuando el parlamento convino en decir al mundo que no estaban mal las finanzas de la Gran Bretaña, sino perfectamente bien, porque si declaraban eso no vencían á Napoleón; yo no voy á sostener lo que sostuvieron allí: que no era el papel que bajaba, sino el oro que subía (Risas).

Esto se dijo en pleno parlamento inglés! Está escrito.

Y si alguno de nosotros hiciera un argumento por el estilo de este, no sé si la barra nos silbaría, pero, seguramente, se reiría, y nosotros nos escandalizaríamos de un aforismo semejante.

¿Cuánto no han progresado, de entonces acá, las ideas?

Todos estamos, pues, acordes, del punto de vista científico, en que, si producimos azúcar en una proporción determinada, el azúcar valdrá con arreglo a esa proporción y al consumo, y que, si producimos más azúcar de la que necesitamos para nuestro consumo, el azúcar que se consume será más barata y la demás saldrá afuera, buscando quien la pague más o menos bien.

Y lo que es verdad respecto del azúcar, respecto del trigo, respecto de todo lo que un país produce, es también verdad respecto de la relación del valor que tiene que existir entre el oro y el papel. Si producimos papel para comprar oro que no tenemos, es claro que el papel se ha de depreciar. Todo esto es científico.

Lucio V Mansilla en el Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados (1891)
discutiendo la emisión inicial para el Banco de la Nación por crearse.



Lo que está pasando es maravilloso: un diputado que no es economista, de fines del siglo XIX, dice que la barra se reiría si él argumentara como se hacía a principios del siglo XIX, que resulta ser la manera como piensa buena parte de nuestros economistas -por no decir todos- a principios del XXI: el tipo de cambio como el precio del oro (o, en nuestro contexto, del dólar).

No digo que esté mal. Yo también digo: "subió el dólar". Pero sí digo que pensar el mercado de cambios como resultado de la oferta y demanda de dólares lleva casi siempre -salvo dando unas volteretas dificilísimas- a errores conceptuales.

Y va un solo ejemplo: "los exportadores no liquidan", no meten dólares en el mercado y entonces el dólar sube. Yo digo: y si liquidan, ¿qué? ¿Va a bajar el dólar? Supongamos que un gran exportador va al mercado de cambios y retira pesos a cambio de dólares, y pensemos que la emisión está fija. Yo digo: si la gente quiere tener los mismos pesos que antes en el bolsillo, el dólar no cambia de precio. ¿Por qué? Porque el exportador no se guarda esos pesos en una caja fuerte: si se guarda, se guarda dólares (es decir que, por ponerlo así, con una parte de esos pesos vuelve a comprar dólares). Y lo demás, lo usa para pagar, lo hace circular. Pero si la gente no cambió la cantidad que quiere guardar en el bolsillo, "sobran pesos", que van al mercado de cambios a buscar dólares. En otras palabras: sólo bajará el peso si alguien aumenta su demanda de pesos. Entonces ¿para qué pensar si liquida o no el exportador? Sólo afectará el tipo de cambio en la medida -posiblemente nula- en que afecte la demanda de dinero.

Entonces, fácil: oferta y demanda de pesos. ¿Hoy que está pasando? La demanda sube un poco, porque con el crecimiento se necesitan más pesos, y el Banco Central acomoda con más oferta, porque no quiere que el dólar baje. Digo que el peso suba. That's it.

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