domingo, diciembre 04, 2005

ortodoxos eran los de antes

Gran reportaje a Milton Friedman a sus 93 años. (La longitud del título de la nota es incomprensible: "El Nobel de Economía Milton Friedman no está de acuerdo con la teoría que popularizó Fukuyama y afirma que nunca habrá un fin de la historia").

Viejo y todo, Milton se da cuenta de lo que la enfermedad neoclásica (y su derivación institucionalista) pasó por alto: las rigideces nominales importan, y por lo tanto el tipo de cambio fijo tiene sus problemas. Concretamente, Friedman es un euroskeptic. El euro es problemático para Francia, Alemania o Italia. Siempre tuve este argumento contra el euro -imagino que debe ser parte de la discusión en Europa- y creo que es un poco lo que está detrás del escepticismo friedmaniano: (i) hay países que crecen más por otros motivos, como Irlanda o España. En particular, en algún momento crecían más por ser más pobres, y no hay mayor causa de convergencia que unirse a Europa; (ii) esos países tienen que encarecerse contra los del core, porque cuando uno es más rico, es más caro; (iii) con moneda común, la única manera de encarecerse es con diferencias en la tasa de inflación; (iv) si Europa as a whole tiene que mantener una cierta meta de inflación baja (digamos, 3%) eso surgirá de un promedio entre una tasa más baja entre el core y los tigres europeos, si los hay. Economías como las de Francia o Alemania tendrán siempre el peligro de la deflación a la vuelta de la esquina. El argumento es particularmente pesimista sobre la convivencia pacífica entre los nuevos miembros (if and when adoptan el euro) y el mantenimiento de la moneda común.

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