lunes, mayo 29, 2006

¿necesitás un ejemplo para explicar "valor agregado"?

Héctor Huergo, profeta de las Pampas, te da dos y de los buenos:

La Argentina es el mayor proveedor de recursos forrajeros del mundo: exporta 10 millones de toneladas de maíz como grano, 20 millones de toneladas de harina de soja, torta de girasol, afrechillo de trigo y toda clase de subproductos proteicos que van a alimentar el ganado de otros países.

Estamos vendiendo los insumos de una línea de montaje que podría terminar en productos de alto valor, como las proteínas animales. El gobierno no acusó recibo de la protesta de los importadores alemanes de carne vacuna argentina, que corren el riesgo de quedar desabastecidos durante el Mundial por la intempestiva decisión de cortar los embarques.

Y ahora que se ingresa en la era de los biocombustibles, surgen nuevas oportunidades para integrar las actividades, si el telón de fondo lo permite. Sobre todo en economías regionales. Veamos.

En EE.UU., la expansión del etanol de maíz va de la mano con el regreso de los feedlots a la zona maicera. Al lado de cada planta de etanol, hay un rosario de corrales de engorde aprovechando el coproducto de la fermentación del maíz. Imaginemos por ejemplo la situación del NOA, donde los productores quieren meter el maíz (o el sorgo) en la rotación, pero no pueden porque los números son muy finitos. En este planteo de dólar alto pero retenciones del 20%, el flete a puerto se come el margen.

Allá hay destilerías en los ingenios azucareros, que están paradas la mayor parte del año por falta de materia prima (melaza). Podrían aprovecharse incorporando un proceso de fermentación de cereales. También se podrían construir nuevas destilerías. Convirtiendo el maíz en etanol, los números serían muy atractivos, porque el alcohol vale 400 dólares la tonelada. Como el rinde es del 40%, significaría obtener 160 dólares por tonelada de maíz, tres veces más de los que vale ahora. Y ello daría grandes cantidades de burlanda o gluten feed a bajo precio.

Pero para que el negocio funcione, el novillo gordo necesita un valor más acorde con el del mercado internacional. Y el ganadero, la seguridad de que no va a haber un continuo manoseo de la ecuación. Energía y proteínas, una combinación extraordinaria. Es como que el mundo se hizo para utilizar lo que hoy puede producir competitivamente la Argentina. Hay que ayudar a que el gobierno lo vea, lo valorice y "le ponga pilas" a una oportunidad que está cantada.

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