domingo, julio 23, 2006

gobernar es poblar

Con la tasa de desempleo llegando a un dígito, es hora de que otra vez empecemos a pensar nuestra política inmigratoria. Sí, puertas abiertas a todo el mundo, pero: ¿no estaría buena una política deliberada de atracción de israelíes, siendo que vendrían con un alto nivel de capital humano y -por qué no- financiero, en comparación con otras inmigraciones? Entiendo que puede ser un poco mala onda con Israel, que necesita gente, pero la verdad es que como realpolitik nos conviene largamente.

Debe ser jodido vivir ahí, estoy seguro de que más de uno quiere una vida más tranquila a pesar de su patriotismo. Supongo que la mayoría de los que emigran prefieren irse a Europa o USA, pero a pesar de nuestra pobreza tenemos cierta ventaja comparativa para atraer israelíes. El Once tiene el único McDonald's kosher fuera de Israel; Israel es posiblemente la única nación, sacando obviamente a la propia Argentina, que tiene en la ciudad de Buenos Aires un pub (Barduck) cuya clientela en un día cualquiera es mayoritariamente de ese país; las telenovelas argentinas han tenido más éxito allí que en cualquier otro lugar, incluida Sudamérica; hay una enormidad de lazos familiares, que siempre son decisivos para atraer inmigración. No sé, los israelíes que conocí de paso en Buenos Aires siempre dijeron sentirse bastante at home.

En fin, un poco utópico, pero es que cuando uno piensa que Alemania tiene los mismos 300 y tantos mil kilómetros cuadrados que el engendro, y caben allí ochentipico de millones, uno se pone a pensar lo bien que nos vendrían, no sé, 100 mil israelíes en Buenos Aires más 30 mil en cada en nuestras 10 ciudades del Interior más importantes. Si en la tierra naturalmente tan pobre que les tocó han logrado construir lo que construyeron, aquí harían maravillas.

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