domingo, diciembre 30, 2007

paris hilton meets john stuart mill

Saqué otra vez de la biblioteca los Principles de J.S.Mill. Un verdadero grande, qué claridad de pensamiento. Yo creí que proponía el impuesto a la herencia, pero no, propone algo mucho mejor, transpirando la camiseta para hacer compatible el principio liberal de hacer lo que quieras con el fruto de tu trabajo y el principio ¿socialista? de que tiene que haber un límite a la propiedad adquirida sin laburar. Con tu plata podés hacer lo que quieras, pero nadie puede recibir en gratuidad más de X. (Sí vale, por supuesto, recoger intereses de tu capital, pero sólo si la mayor parte de ese capital proviene en última instancia de tu trabajo).

Haciendo una cuenta rápida: si pusieramos, qué sé yo, un límite de 100 mil US a lo que puede recibir de arriba cada argentin@, y si la razón capital/producto es de 3, y si el PBI argentino es 200 mil millones de US$, y si en el neto no tenemos activos financieros externos (porque los estatales se compensan con los privados), entonces en cada generación hay 600 mil millones a repartir, que en el caso más desigualitario (US$ 100 mil para los que alcance, nada para el resto) implicaría que 6 millones de personas de la generación siguiente reciben 100 mil. Simplificando podríamos pensar que en cada momento viven tres generaciones, separadas por unos 25 años. En ese caso tendríamos en la Argentina unas 13 millones de personas en cada una de esas tres generaciones. Es decir que la mitad de la población recibiría en algún momento las 100 lucardas. Y si son 50 lucardas, todos. Y todo ello fruto de transacciones no mediadas por el Estado (no me animo a escribir "voluntarias").

Un amigo me apunta que como siga con estas ideas va a llenar su chacra de soja, y al diablo con la erosión de los suelos. Paris Hilton, supongo, estará furiosa con esto de no poder heredar: según el blog de Caras, se acaba de perder su parte de los 2.300 millones culpa de la filantropía de sus ancestros.

a las 0.39am

Es tan buena la columna de Vicente Muleiro que me convenció: La Ciencia Maldita se rebela ante el cambio de hora. Su argumento es irrebatible, y apela a un viejo motto prebischeano, el intercambio desigual: la hora que nos quitan el 30 de diciembre vale mucho más que la hora que nos devuelven, a mediados de marzo. Mientras ustedes transcurren por la 1.39am, yo saboreo todavía la primera hora del anteúltimo día del año.

miércoles, diciembre 26, 2007

los números y la gente

Los fríos números son fríos indeed: las casas de USA bajaron 6,7% contra un año atrás. Pero es mucho más triste ver cómo lo sufre alguna gente: periodismo americano a pleno -me monto sobre una tendencia, pero elijo un lugar en el mundo y unas personas de veritas para encarnarlo- describiendo la crisis inmobiliaria en Cape Coral, Fla.

Una de las cosas que me gustó de la alocución de Krugman que pegué el otro día fue su clasificación del mercado inmobiliario: hay dos Americas, decía, una es casi de "tierras libres", otra es en zonas urbanizadas donde no caben más casas (creo que llamó a esta última algo así como Zoning Zone). En la America de tierras baratas, el precio de las casas está dado por el costo de la construcción. Mientras el costo de la construcción no esté burbujeante, las casas no lo estarán. Esta America -deliberadamente omito la tilde- incluye ciudades como Houston, que tienen mucho margen para ampliación horizontal. En cambio en la America ya plenamente ocupada (Manhattan?) no existe ese arbitraje entre nuevas construcciones y construcciones existentes. Allí la pompa de jabón puede inflarse-ie., puede haberse inflado- sin límite. Algo en contra del sentido común popular, entonces, los lugares más chic -casi todos en zonas urbanizadas- deberían bajar más de precio que los condos de Springfield. El retrospectivamente inoportuno consejo de Tony Soprano a Ay Jay -"buy land; they don't make it anymore"- parece desafortunado. Aquello cuya oferta está limitada no es estrictamente land sino urban land; y eso es precisamente lo que más cae, según Krugman.

lunes, diciembre 24, 2007

para compensar

Tras el bleak picture de Krugman, una mirada más optimista sobre la economía mundial (de todos los datos, el que más me impresiona es que hay 27 países con al menos 9 años de crecimiento arriba de 6%):

It seems things are as bad as they've been in recent memory. Except that if you look beyond temporal market fluctuations to how the real global economy is doing, things have never been better. For the past four years, the world has grown at a 5.2 percent annual rate—a full 2 percentage points higher than in the '80s and '90s—thanks in large part to booming emerging markets. While the United States and many parts of Europe are lagging, most of the rest of the planet is soaring. Consider that between 1980 and 2000, the number of countries growing at 5 percent or more hovered around 50. In 2006, 104 nations grew at that rate. When asked to think of a few countries besides China and India that have shown strong growth, World Bank economist Andrew Burns replies: "It's hard to think of somebody who hasn't." In fact, this year the economies of only three countries—Zimbabwe, Fiji and Tonga—are contracting. Two are highly isolated archipelagoes and the former is a hugely dysfunctional dictatorship. Harvard's Ken Rogoff, a former chief economist at the IMF, sums it up simply: "We're in a boom."

Who knew? The ranks of fast growers go way beyond the usual suspects. Cambodia, still recovering from a generation of genocide, civil war and political turmoil, is completing its ninth straight year of growth above 6 percent (one of 27 such countries on a similar streak). Slovakia, which got mostly jobless masses and entrenched communists when it was severed from Czechoslovakia in 1992, hit 9 percent growth in 2007. Unemployment—a formerly intractable problem for this nation of 5 million—has plunged to record lows, thanks to tax and business reforms that have made the country an export dynamo. Turkey is another pleasant surprise. Growth has averaged 6.9 percent for six years, despite a restive Kurdish population and a war raging just beyond its 331-kilometer border with Iraq. The tide is lifting even the long-moored boats of Africa, where growth has topped 5 percent since 2004, driven by oil states but also by expanding agricultural economies like Tanzania. This broad boom is reflected in emerging-market stock indexes, up 40 percent this year, versus a measly 5 percent for the S&P 500...

viernes, diciembre 21, 2007

la consciencia de un liberal

Hay algo de soberbia que no me cae bien en Krugman, pero nunca deja de ser interesante (cuidado, dura una hora). Somos unos maestros, habla de la crisis financiera mundial y el único país que nombra dos veces es Argentina (siempre refiriéndose a nuestro turbulento pasado, una en joda y una en serio).

liberté, egalité, fraternité

Se armó un petit-debate sobre el punto 10, el tema de si todos los niños y jóvenes argentinos (y sus padres) deben tener derecho a elegir su establecimiento educativo o si sólo algunos deben tenerlo. Rápidamente la cuestión pasa a si la UBA es buena, si las universidades privadas son chantas, si el "Colegio" es el mejor del mundo, etc etc. Creo que meterse en el asunto del nivel no es necesario. La discusión puede resolverse previamente, en términos de igualdad de oportunidades: ¿Estamos preparados a admitir que los niños ricos tengan más posibilidades educativas efectivas que los niños pobres? Hay dos respuestas posibles: sí y no. Si no lo estamos, o bien hay que estatizar toda la educación -eliminando de hecho la opción privada- o bien garantizar que todos puedan elegir entre lo público y lo privado, y no tan sólo los ricos. Prefiero cualquiera de esas opciones que la situación actual. La estatización de la educación privada al menos generaría un fuerte lobby -porque los ricos también tienen más influencia para hacer lobby- a favor de la educación en general. Mi 1st choice es obviamente que convivan los dos sistemas pero con "libre traspaso", tipo AFJPs y reparto.

No sé si funcionaría, no sé si el nivel general de educación sería mejor, no sé si sería caro o barato -- pero igual no puedo estar en contra porque hay una cuestión previa de igualdad ante la ley. Sospecho, sí, que sería el sistema más libre, más igualitario y finalmente más fraternal: una sociedad integrada desde los 2 años de vida.

PD: fácil contra-respuesta. Con el mismo criterio podríamos preguntar: ¿Y estamos preparados a admitir que los niños pobres tengan peor nutrición y peor salud que los ricos? No y no, tampoco estamos preparados. De allí los puntos 8 y 9. Todo lo que implique ventajas para los ricos al empezar la vida adulta es injusto. (Algunas de esas injusticias, como el hecho de tener posiblemente mejor educación dentro del hogar, quizás estamos dispuestos a tolerarlas, aunque también es discutible).

PD2: Así como hoy nos horrorizamos y decimos: "¿Qué? ¿Había unos colectivos para negros y otros para blancos?" llegará el día que digamos: "¿Qué? ¿Había escuelas a las que no podían ingresar los niños pobres?"

post politically correct

El concurso "Protagonistas de la Segunda Argentina" organizado por la aseguradora La Segunda y cuya cara visible es Víctor Hugo Morales busca chicos para la televisión. Condición: deben ser estudiantes de Capital Federal, San Isidro y Vicente López. ¿Por qué? ¿Son más blanquitos? ¿Votan contra Cristina? ¿Los protagonistas de la Segunda Argentina deberán ser, diría Artemio, "habitantes de grandes centros urbanos de alto NES "?

jueves, diciembre 20, 2007

los Diez Puntos

Me sugieren que me explaye sobre los Diez Puntos. Repensando, creo que como mínimo deberían ser catorce, como los de Wilson, pero quedémonos por lo pronto con estos diez:

MACRO/COYUNTURA

1. Banco Central independiente, metas de inflación, como los países normales.

2. Ley lógica de responsabilidad fiscal: se tiene que conseguir un superávit financiero -no primario- estructural (es decir, si la economía crece como su "tendencia", calculada de alguna manera) de X% (¿1?) del PBI. (Si se hace el punto 7, el superávit debe ser un poco mayor). Esto quiere decir que si la economía crece más que la tendencia, el superávit tiene que ser mayor, y viceversa. Si no se cumple, se tienen que emitir por la diferencia entre el superávit planeado y el efectivo unos Bonos con el nombre o el apodo del presidente en ejercicio, para después poder identificar quién nos endeudó (Bonos Joe, Bonos Méndez, etc.)

FOMENTO SECTORIAL

3. Diseño "definitivo" de las retenciones. Mi posición -estoy dispuesto a reverla- retenciones progresivas (es decir, porcentaje mayor cuanto mayor es el precio, tipo el impuesto a las ganancias, y quizás también según el agregado de valor) con una base de 0% si los precios del producto están en el promedio de algún período anterior. Además, calendario gradual de baja. No es un buen impuesto permanente.

4. Fomento a las empresas pequeñas y medianas (para compensar sus desventajas en el mercado de crédito y porque hay externalidades positivas en el enterpreunership) con eliminación de impuestos/creación de subsidios al trabajo. Y quizás el sistema ya vigente de subsidio de tasa. (De paso podríamos regalarle a los trabajadores todos los bancos estatales).

FEDERALISMO

5. División del engendro en tres partes. Nueva coparticipación con potestades impositivas para las provincias: bienes personales, ganancias personales y sales tax. Un fondo redistributivo con criterios explícitos basados en indicadores de desarrollo, como era la "ley" de 1973.

6. Igualación de la capacidad económica provincial con eliminación de impuestos/creación de subsidios al trabajo en las provincias más pobres. Quizás, a los nuevos empleos creados, aunque esto es un poco difícil de administrar.

(Aquí terminan todas nuestras concesiones a picking the winners: alguna ventaja a provincias más pobres, alguna a empresas más pequeñas, algunas retenciones a los productos con menor valor agregado. Eliminar cualquier otro programa de promoción sectorial, regional, etc. No sirven.)

WELFARE STATE

7. Eliminación del sistema de jubilaciones y pensiones. Ingreso Universal para la Madurez de 800 pesos a partir de una edad a definir, igual para hombres y mujeres. Los aportes pasan al Estado, y se aumenta el superávit estipulado más o menos en proporción. Eliminación de todos los derechos jubilatorios especiales. Las AFJP pueden no devolver los ahorros sólo si se convierten en aseguradoras voluntarias, desreguladas, para la vejez yel afiliado así lo desea.

8. Morfcard: tarjeta universal para la compra de alimentos de segundas y terceras marcas (confiamos en que los ricos no la piden). Podría ampliarse a prendas con precios chinos, sean o no chinas.

9. Regulación del sistema de medicina prepaga: las prepagas deben admitir a cualquier ciudadano. Eliminación de las obras sociales (ya son prepagas disfrazadas, cuya principal función es dar una tajada a los moyanos). Por cada nuevo afiliado que no viene de las obras sociales o de otra prepaga, el estado contribuye con una cápita igual al gasto per cápita en hospitales y le impide a ese ciudadano atenderse en la salud pública. Para que no sea tan caro habría que poner un umbral de ingresos a partir del cual el Estado no paga la cápita.

10. Regulación del sistema de educación privada: los colegios y universidades privadas deben admitir a cualquier estudiante independientemente de su capacidad de pago, a cambio de una cuota pagada por el Estado igual al gasto per estudiante en la educación pública de ese nivel. Para que no sea tan caro habría que poner un umbral de ingresos a partir del cual el Estado no paga la cuota.

(En otras palabras: los pobres podrían acceder a igual salud, educación y alimentación -medida en calorías, al menos- que los ricos).

martes, diciembre 18, 2007

El dulce hacer poco: la economía de la Administración Néstor

Dígamoslo rápido y de una vez antes de calificarlo: los resultados económicos de la administración de Néstor Kirchner son, con un buen margen de diferencia, los mejores de la historia argentina. Ni el más optimista podía imaginar hace cuatro o, mucho menos, cinco años, este torrente de ochos: ocho de crecimiento cada año, ocho de desempleo, ocho –quizás corregibles hacia arriba, ojalá que no hacia abajo- de presidencias kirchneristas.

¿Cuál fue el secreto? Cuando en 1919 Clemenceau se enteró de que Woodrow Wilson había preparado sus famosos Catorce Puntos para la Conferencia de Versalles, dijo “Wilson me aburre con sus catorce puntos; el Buen Señor tiene sólo diez”. Así con Néstor Kirchner: de las populosas listas de reformas o contrarreformas que de uno y otro lado se proponían para salir de la crisis del milenio, el buen señor tomó sólo dos: superávit fiscal y tipo de cambio alto. Así de económica fue la política económica de la Administración Néstor: allí empieza y allí termina.

Allí empieza, decimos, en un sentido temporal y también en uno conceptual. Kirchner llega al gobierno con esos dos pilares ya en su lugar, penosamente montados durante los breves gobiernos anteriores, forzados por las circunstancias a tomar el camino del repudio de la deuda pública, de una enorme redistribución del ingreso en contra de los asalariados por la vía de la devaluación y de la imposicion de los gravámenes a las exportaciones más elevados del mundo. Equipo que gana no se cambia: casi toda la política económica de los últimos cuatro años puede entenderse como un esfuerzo por mantener ese esquema –cuyos primeros frutos ya asomaban en aquel invierno de 2003– a salvo de las cambianes circunstancias de la política y de la economía.

En ese sentido puede decirse que la de Kirchner fue una política económica a la defensiva. En política no puede negársele creatividad al presidente que se va: creatividad malograda en ese camino errático por transversalidades, concertaciones y neoperonismos, pero también creatividad inspirada en esos dos golpes maestros, iluminados, inesperados: el descabezamiento del peronismo duhaldista en 2005 y la reelección sin reelección en 2007. Pero en economía el verbo no ha sido crear sino conservar: el valor de los precios administrados, el tipo de cambio real, el índice publicado de inflación, el superávit fiscal. El instinto conservador obliga a ciertos ajustes, de tanto en tanto, pero siempre en respuesta a circunstancias y en las dosis justas como para mantener las cosas en su lugar: un poco más de retenciones si los precios internacionales suben, alguna corrección del dólar si crecen los internos –para evitar la apreciación real– un poco más de subsidios si aumentan los costos en los sectores de precios administrados, una redirección de los ahorros previsionales si se necesita reforzar la caja.

Allí, en la conservación de los valores de un par de variables macroeconómicas, también termina la política económica de Kirchner. No es posible mencionar una sola acción preventiva o reformista: todo ha consistido en el mínimo cambio indispensable para manener las cosas como estaban, o en la reacción a un problema cuya solución ya no puede ser pospuesta. Así con la renegociación de la deuda –cuyo resultado, pagar unos 3 puntos del PIB de intereses al año, no fue ni peor ni mejor que el que podía esperarse– o con las respuestas, tardías por cierto, a los estrecheces energéticas. Revisando los archivos, las únicas acciones económicas no obligadas por las circunstancias tuvieron mucho más simbología que contenido: el pago al Fondo Monetario, por ejemplo, o la creación de empresas estatales que son en verdad oficinas públicas de poca monta.

Pero ¿cuál es, finalmente, el problema con este “dulce hacer poco”? ¿No tiene, en última instancia, un dejo de laissez faire que estimula a que los negocios se desarrollen en un clima calmo y previsible, sin "reformas" ni "planes económicos" que en el fondo alteran las reglas de juego? Después de todo, ¿no ha bastado el dulce hacer poco para ayudar a una recuperación que ya se ha transformado en un crecimiento vigoroso? Un primer problema es que se trata de políticas que funcionan en unas circunstancias pero no en otras. Con el desempleo del 20% el hiperdólar es compatible con la estabilidad de precios; con un mercado de trabajo pujante, es un dólar que ha generado niveles peligrosos de inflación. Con precios internacionales históricamente altos, tener un excedente financiero mínimo y basado en impuestos a las exportaciones implica que un cambio de la marea pondría a las cuentas públicas en terreno rebaladizo.

En segundo lugar: quizás hemos ido demasiado lejos en este dominio de la macroeconomía sobre las “reformas”, revirtiendo las prioridades, también exageradas, que dominaron en la década anterior. Sí: la combinación de precios competitivos inernacionalmente y superávit fiscal alcanza para crecer más o menos al compás de las circunstancias. No es suficiente por sí misma para que ese crecimiento sea menos volátil, para que las cuentas públicas estén a resguardo de las crisis, para que cada región de nuestro país encuentre su lugar en el mundo, para que la estructura impositiva refleje un deseo compartido por una sociedad más equitativa. Para eso y mucho más sí es necesaria una agenda algo más voluminosa, que quizás no llegue a los catorce puntos pero sí, seguramente, a los diez.

miércoles, diciembre 12, 2007

del cambio de precios relativos al cambio de precios absolutos

En el origen fue el cambio de un precios relativos: salarios que debían recorrer un largo camino para alcanzar al híperdólar, e inflación alimentada por esas subas de salarios. Ahora ya no: es como todo conflicto humano, uno empezó, el otro responde y comienza a aparecer la cosa más ineficiente de la vida, que son las escaladas. El dólar tiró la piedra, los salarios respondieron, y ahora ya no es tan importante quién pegó primero. Y no es sorprendente que los precios (más flexibles, y aquí y ahora también ayudados por la inflación importada) empiecen a subir un poco más rápido que los salarios.



Pero el dato es fenomenal: en los 12 meses anteriores a agosto/07, los salarios y los precios crecieron exactamente lo mismo, 23%. Es decir: tuvimos una inflación absolutamente inútil. (Y en los últimos dos meses, los precios le sacaron un poco de ventaja a los salarios; entre los oktubres de 2006 y 2007, los precios crecieron 27,3% y los salarios 22,2% -- don't worry, habrá revancha).

martes, diciembre 11, 2007

con devaluacionistas como estos...

La historia económica reciente tiene una regla más o menos así: cuanto más convencido estaba el ministro de la necesidad de un tipo de cambio alto, más te apreció la moneda en términos reales. ¿O no?:



De fines de los 80 para acá, los mayores apreciadores fueron los González (Erman y Fraga). Agarraron el dólar real a 130 (base enero88=100, deflactado por IPC argentino y norteamericano, e IPC provinciales en 2007) y lo dejaron a 39... Por supuesto, es tramposo contar sólo el cambio y no el nivel: ¿no era 39 un valor adecuado? Puede ser: el promedio de los 130 meses de convertibilidad fue 38,4. Hoy González Fraga aparece ex post facto como una de las voces solitarias contrarias a la apreciación noventista. Cavallo es otro caso: sus libros de los 80s decían tres cosas: superávit fiscal, apertura económica, tipos de cabmios realistas (ie., no apreciados). Resultado: nos metió en la década del dólar barato.

Otro gran apreciador fue don Roberto Lavagna: pasó de 126 en junio de 2002 a 82 en diciembre de 2005. Después él diría que lo echaron porque no quería seguir devaluando. Es decir, lo echaron los devaluacionisas. Y los devaluacionistas posteriores nos llevaron de 82 a un nivel de 66 en octubre de 2007. El nuevo ministro es uno de los tantos neo-fanáticos del tipo de cambio alto: debemos suponer, entonces, que continuará la apreciación real.

buena suerte, cristina

Lindo, ¿no? Esto de cambiar de presidente. La primera vez que un peronista elegido le pone la banda a otro peronista elegido. Y para un peronista no hay nada mejor que ese otro peronista sea tu jermu.

Hace un tiempo que no pegamos las inflaciones provinciales. Aquí van:


La uniformidad es notable: en todas las provincias que llevan cómputos independientes (5), la inflación de los últimos 12 meses fue de entre 26% y 30%. Lo que me hace pensar: che, al final la manipulación del IPC fue muy efectiva: ¿es 27% el número de inflación que tienen en la cabeza los sindicatos para negociar, o los economistas para pronosticar?

Después de la noticia mala, Cristina, la buena: en octubre la inflación fue en todas esas provincias menor que en septiembre; de noviembre no tenemos data, pero la disminución de la tasa de aumento de la recaudación del IVA (había llegado a cuarentipico, en noviembre fue 33%) también sugiere una desaceleración inflacionaria. ¿Tendencia o estacionalidad? Difícil saber. Creo que octubre y noviembre tienden a ser meses favorable, inflationwise. Veremos diciembre. Hay que pasar el verano. Y, sobre todo, el otoño sindical.

sábado, diciembre 08, 2007

el señor es mi pastor / nada me puede faltar

Democrática definición de Moyano sobre su propio laburo: "Es muy claro que algunos medios de prensa se embarcan en campañas de desprestigio, especialmente en materia sindical, para dejar huérfanos de líderes a los trabajadores, utilizando la estrategia de matar al pastor para apoderarse de las ovejas".

viernes, diciembre 07, 2007

siguen poniendo los plomeros y los carpinteros

Se rasgaron las vestiduras por la pesificación, pero allá también el gobierno se pone como un duque para salvar a los deudores.

what are you going to do?

Frase con un tronco común italiano, supongo, acá decimos "Qué va a hacer...", y Tony la decía todo el tiempo en inglés. Se me acabaron Los Soprano. ¿Cómo sigue la vida?

martes, diciembre 04, 2007

checoslovaquia 6, argentina 1

Esto de ir a competir con el mundo luego de unos años sin hacerlo no conviene. Cuando volvimos a los mundiales, en el 58, nos comimos tres pepas de los alemanes y seis de los checoslovacos. Ahora que volvemos a los tests internacionales de calidad educativa, otro duro golpe: en lectura quedamos 53 de 56; en matemática, 51.

En lectura sólo le ganamos a Azerbaijan, Qatar y Kirguistán, y nos ganan the likes of Brasil, Colombia, Túnez, Montenegro, Jordania, Indonesia, Bulgaria, Rumania, y por supuesto Uruguay y Chile. En matemática tenemos abajo a Brasil y Colombia, además de Qatar, Kirguistán y Túnez. Tomando el pomedio de lectura y matemática estamos 53 de 56, porque Azerbaijan es onda Olimpo de Bahía Blanca: ganó un partido (matemática) y sube como loco en la tabla. Tenemos sólo tres abajo en los promedios: Qatar, Kirguistán y Túnez. Estamos en la promo, pero como seguimos así estamos más bien para descenso directo. Somos, por lejos, el país que más cayó desde el 2000 (en 2003 también se hicieron los exámenes, pero era la época en que no participábamos): en lectura perdimos 45 puntos de los 419 que teníamos. (El sistema de puntaje es bastante raro: en lugar de ser sobre un máximo, se define que el puntaje de 500 es para el estudiante promedio de la OECD).

Otro dato lindo: las mujeres de todo el mundo roban cuando se trata de lectura, y la Argentina es uno de los casos de mayor diferencia: 54 puntos, 399 a 345. En matemática ganan los chicos, pero la diferencia es menor: 13 puntos en la Argentina. Che, al final era la verdad eso de que la mujer no es un ser inferior.

Obviamente mañana los pedagogos van a decir: "hay que relativizar estos tests, la educación no se puede medir, etc.". Más o menos como: "Es que el mundial 66 nos lo afanaron, nos metieron la mano en el bolsillo". Pero después les encantaría poder mandar a sus hijos a escuelas con buenos puntajes, como nos encantó ganar el mundial 78 y poder decir "Somos los mejores del mundo".

La tabla completa (click para agrandar):

comprar riñones pero no en la carnicería

Nuestro Julio Elías defiende en el Wall Street Journal la creación de un mercado de órganos para transplante, siguiendo el argumento de un paper escrito con el Nobel Gary Becker. El argumento es sencillo: con un mercado habrá un precio, y con un precio habrá mayor oferta. Algo en nostros se revuelve. En primer lugar, con un mercado de órganos, la distribución de los riñones disponibles irá a los ricos, no a los pobres. Si no nos gusta que cuando juegue la selección la entrada esté a su precio de equilibrio, para que pueda ir el pueblo, mucho menos vamos a querer que ocurra con los riñones. Pero además, y sobre todo, Elías sugiere que el mercado debería incluir a donantes vivos, y ahí sí que sentimos una patada en el riñón. No me quiero imaginar lo que serían las canciones de León Gieco.

Pasado el sofocón, la idea de que se pague por un órgano de un cadáver no nos revuelve: en el fondo la defensa de la donación gratuita de órganos para quienes los necesitan es comparable a proponer la caridad para los que necesitan comer, curarse, educarse, en lugar de un Welfare State - una utopía de libertarios. ¿Por qué nos opondremos a incentivar la donación de órganos con argumentos de mayor pe$o? El argumento en contra de algún tipo de incentivo monetario tiene que cargar con una culpa horrorosa: sin incentivos, morirán más niños y más niñas. (Si así no fuera, la discusión pierde todo sentido y podés elegir tu propia aventura en otro blog).

Sí nos cuesta tragar esto de que los pobres vendan sus riñones y que los ricos los reciban. Es difícil justificar las intuiciones éticas, y no estoy seguro de que sea necesario, salvo que uno quiera convencer a los demás. Algo en mí, contradictorio, me hace rechazar la distribución inequitativa de un recurso demasiado íntimamente asociado a la vida, y al mismo tiempo no rechazar de plano una repartija desigual de otras cosas. [Pensándolo bien, creo que rechazo toda repartija de recursos cuya desigualdad no se debe a decisiones personales y que tienen un efecto de largo plazo: ¿Por qué los niños ricos pueden elegir educación y salud pública y privada y los niños pobres sólo tienen la opción de la pública? (No hablo de los adultos porque alguien podría argumentar -y sería ocioso refutarlo- que en parte las diferencias están generadas por decisiones propias)]. Defiendo la idea paternalista de que haya algunas reglas, impuestas por la mayoría rousseauniana, limitando ciertos trueques aunque sean voluntarios. Por ejemplo, la esclavitud y la venta de órganos vitales únicos (corazón).

Creo, aunque no estoy seguro, que los riñones también entran en la lista prohibida. No estoy nada seguro, ahora que pienso: Juan Antonio Pizzi tiene sólo un riñon, creo que donado por su hermano, y vaya goleador que era! ¿Y por qué nos opondríamos tanto a que alguien done un riñón pero no a que se separe de su pene? ¿La mutilación del transexual está permitida aunque tenga consecuencias permanentes y haga desaparecer ciertas funciones vitales, pero no la de quien pide una recompensa por decidir salvar la vida de otro? Así y todo, no nos convence. Termino el párrafo y los riñones siguen en la lista de lo prohibido.

En todo caso, no veo que sea conflictivo introducir, como mínimo, incentivos a la donación cadavérica y combinarlos con una distribución equitativa de los riñones: el Estado perfectamente podría compensar a los familiares de los donantes. Pero como no creemos en el Estado para una tarea tan difícil (sacar un riñón de un cadáver y al poco tiempo meterlo en otro cuerpo) simplemente pondríamos una recompensa a quien pruebe que ha conseguido un riñón adulto cadavérico, de una persona que no ha sido asesinada, y lo haya colocado dentro del cuerpo de alguien que lo necesitaba. Con un valor apropiado de la recompensa se generaría el mercado que propone Don Julio sin odiosas consecuencias distributivas.

lunes, diciembre 03, 2007

la hermana más hermosa

Lo mejor no es que los venezolanos hayan votado contra Chávez, sino que hayan podido votar en contra de Chávez. Así que mis primeras, sinceras felicitaciones van a Hugo Chávez, por su derrota electoral. Miralo a Centralito, Hugo: pierde y pierde y eso mismo es lo que lo hace grande.