domingo, diciembre 30, 2007

a las 0.39am

Es tan buena la columna de Vicente Muleiro que me convenció: La Ciencia Maldita se rebela ante el cambio de hora. Su argumento es irrebatible, y apela a un viejo motto prebischeano, el intercambio desigual: la hora que nos quitan el 30 de diciembre vale mucho más que la hora que nos devuelven, a mediados de marzo. Mientras ustedes transcurren por la 1.39am, yo saboreo todavía la primera hora del anteúltimo día del año.

5 comentarios:

Andrés el Viejo dijo...

En el norte de Brasil hay un estado en el que no se acata el cambio de hora del verano, que se aplica en el resto del país. La rebelión horaria se instaló por los curas y la lógica es que si Dios estableció las horas, ¿quién es el gobierno para cambiarlas?
Por las dudas, aclaro, no es en Canudos, pero la idea bien podría haber sido de Antonio Conselheiro.
Buen año
Andrés el Viejo

kili kili dijo...

La notita de Muleiro es extraordinariamente tonta.
Con el cambio de hora, tengo una hora más de sol, que Edelap me venía afanando. Ayer a las 9 estaba tomándome una cervecita en el patio, con maravillosa luz natural.
Además, me gusta que el Estado decida qué hora es, antes que Dios o un ejecutivo semianalfabeto.

Anónimo dijo...

Federico está en lo cierto. Salvo que seas de levantarte a las 5 de la mañana, el cambio de hora te hace ganar una hora de sol por cada día en lo que resta del verano.
Lo de Muleiro es una pavada.

Anónimo dijo...

El asunto se complica para las parturientas, los hoteles alojamientos, los estacionamientos, el control de velocidad, para hacer asado, mirar cablevisión,la verdad que no sé como tratarlo no lo recuerdo que se trate en el Manual de 6to grado y tampoco en Keynes o en el Manual de Cuentas Nacionales. Será stock o flujo. Seguro que fue idea de Moreno

Anónimo dijo...

Ciertamente, en el 2007 todos los que llegamos al 30.12.07 hemos vivido una hora menos, en el 2008 puede ser que nadie recupere esa hora, o solamente algunos no la recuperen y también otros tengan una hora de más.