miércoles, abril 30, 2008

victoria tardía de martín y los suyos

Dice Gambitoweb que "las entidades" están preparando una propuesta que mantiene el carácter móvil de las retenciones, aunque desde luego baja las tasas. Lo dicho: la movilidad era, en principio, una buena idea. Arruinada políticamente por la mala oportunidad, la pobre comunicación y las tasas confiscatorias, así y todo quizás sobreviva.

estudiantes de la plata

Al final Jane Austen ("A large income is the best recipe for happiness I ever heard of") no estaba tan errada: ahora dicen que el dinero hace a la felicidad.

lunes, abril 28, 2008

material para un próximo post

Se llamaría "estabilización o enfriamiento", y es posible que el post no haga falta. Cada año corresponde a uno de los grandes planes de estabilización de posguerra (dejé afuera casos un poco menos claros como Perón II o Martínez de Hoz). La inflación y el crecimiento son la tasa anual en los dos años calendarios anteriores y posteriores al año del plan. Ej: "Antes" para el Austral es 1983 y 1984, y "Después" es 1986 y 1987. Hay motivos metodológicos (carencia de data más corta de producto) y conceptuales (¿el desempeño durante la fase inicial de la estabilización se debe a ella o a la inflación que la motivó?) para no incluir en cada caso el año del plan. El anuncio de Frondizi es el 29 de diciembre del 58 pero se consideró 1959 al de la estabilización.





mal entendidos

Economistas de derecha, de izquierda y del medio repiten sin cesar este argumento: si el dólar se sostiene con compras del Tesoro en lugar de con emisión monetaria, no hay un efecto inflacionario. Por lo tanto es preferible sostener el dólar con fondos del Tesoro que con compras del BCRA. Aunque se trate de un momento donde la discusión está cambiando -hoy sostener el dólar quiere decir evitar que suba- analicemos el argumento. (Tag: "Posts de esos ilegibles de LCM").

El superávit fiscal tiene, per se, un efecto contractivo en la cantidad de dinero: el Estado le saca al sector privado vía impuestos más pesos de los que le devuelve por el gasto público. La cantidad de dinero en manos privadas cae automáticamente como resultado del superávit fiscal. Ya que la demanda de dinero del sector privado no necesariamente ha caído, eso debería apreciar la moneda. Llegado ese punto, si se quiere compensar el efecto monetario contractivo no hay diferencia alguna entre hacerlo con pesos nuevitos emitidos por el BCRA que con ese excedente de pesos usados con que se quedó el Tesoro. Los billetes huelen igual, se ven igual y tienen los mismos próceres.

Pero insistimos: en cualquiera de las alternativas, apenas se compensa un efecto inicialmente apreciador. Un superávit compensado monetariamente con una emisión equivalente (sean pesos nuevitos o pesos reciclados por el Tesoro) no tiene un efecto monetario más depreciador que el equilibrio fiscal. Quizás se entienda mirando el extremo opuesto: todos creemos que si el Estado gasta más de lo que recauda y emite por la diferencia sube el dólar, ¿verdad? ¿Por qué no creemos, entonces, que si el Estado obtiene más de lo que gasta -y no devuelve esa diferencia- bajará el dólar?

¿Estoy diciendo que es falaz el nuevo caballito de batalla de los en-este-punto- irreconocibles-heterodoxos de que puede sostenerse el modelo de "tipo de cambio real alto y estable" con un superávit fiscal adecuado? No. Estoy diciendo que su manera habitual de argumentarlo es errada. El superávit fiscal dedicado a compar pesos no deprecia el tipo de cambio nominal; y un superávit fiscal no compensado monetariamente de hecho *aprecia* la moneda. Aumentar el superávit fiscal para tener más pesos para poder comprar más dólares en el mercado de cambios es un perro que da vueltas cada vez más rápido para poder morderse la cola. El efecto monetario es nulo.

Lo que sí es cierto es que cuanto menos gasta un país respecto a sus ingresos, menor es la demanda doméstica y mayor el tipo de cambio real; y que el Estado puede contribuir a ese ahorro nacional. Pero esta parte conceptualmente coherente tiene un problema de magnitudes: ¿cuánto afecta a la demanda de empleo, y por lo tanto al salario real, y por lo tanto al tipo de cambio real, una diferencia de dos puntos en el balance fiscal? Poquito, muy poquito. Superávit o no, el Big Mac va a salir 12 pesos porque es lo que tiene que salir en un país como la Argentina.

viernes, abril 25, 2008

zafamos cagando

(Cambiando un poco de tema)
This suggests the early human population was tiny (so the opportunities for new matrilines to evolve in the first place were limited) and reinforces the idea that Homo sapiens may have come close to extinction (eliminating some matrilines that did previously exist). Indeed, there may, at one point, have been as few as 2,000 people left to carry humanity forward.

al pronosticador del mes

Muchos lo pensábamos, muchos creemos que lo pensábamos, pero él lo dijo.

el testamento


Esto es inédito. La mañana después de la reuncia del ministro, tenés online el documento Word con el fallido plan antiinflacionario. (por si quedan dudas, la "Organización" que aparece como autora del documento en las "Propiedades" de Word es MECON). El plan de los estabilizadores caídos en desgracia tiene tantas perlas que hay que leerlo entero. De los 12 bullet points, por lo menos cinco son palos teledirigidos: dos a Moreno, uno a De Vido, uno a Redrado y uno -menos claro- a Moyano.

¿Pueden hacerse circular cosas como estas: "A esta altura vuelve a quedar claro lo que se discutía en noviembre con respecto a la falta de credibilidad del INDEC en general y del IPC en particular"; o "Mantenimiento por unos meses del actual nivel del tipo de cambio, apuntando a no exceder el $3.25-3.30 a fin de año: La competitividad del tipo de cambio es un pilar fundamental del modelo económico. Sin embargo, depreciar más el Peso en estos momentos contribuiría a la inflación por múltiples vías y podría generar desconfianza y hacer que la gente se vuelque hacia el dólar"?

la noticia del día

Para mí fue esta. OK, "paro del campo". Pero lo que dicen los libros es que eso debería dar lugar a un cambio de precios relativos. No así en una economía inflacionaria. Cuidado: para Artemio la canasta ya bajó en abril todo lo que subió en marzo.

Otra noticia, esta vez buena: Martín Redrado, el presidente del Banco Central que cuadruplicó la tasa de inflación, no será ministro de Economía. Mejor así. Es fundamental que se mantenga en el Banco Central: en su cabeza está buena parte del shock psicológico del plan de estabilización.

fernández

Runs in the family

Cristina, Alberto, Aníbal, Carlos -- en el nombre de la rosa está la rosa, y todo el Nilo en la palabra Nilo. "El apellido Fernández se trata de una derivación del nombre propio Hernando o Fernando..."

Go!

Aparecieron las cifras del intercambio comercial argentino del primer trimestre. En valor, las exportaciones subieron 42%, las importaciones 40%. En volumen, 8% y 28%.

miércoles, abril 23, 2008

inflación alta, dolar quieto: ¿qué terminará primero?

In Shorsh We Trust


¿El dólar? “¿Quién vio un dólar?”, dijo alguna vez Perón. Estos años han sido para el billete de Washington de los peores que se recuerde, tanto como para mercerse el desdén que alguna vez le prodigó el General. Monedas de países exóticos han ganado valor frente a la norteamericana: desde hace un año, el peso filipino ha subido 10% frente al billete verde, el nuevo sol peruano 15% y la rupia de Mauricio 20%. De una lista de 84 monedas nacionales del sitio XE.com, sólo 7 han sido más débiles que la norteamericana.

Entre ellas se encuentra el peso argentino, que ha ido perdiendo tres o cuatro centavitos frente al dólar en cada uno de los últimos años. Considerando ese mensaje de nuestro Banco Central (“el tipo de cambio tiene un piso que puede elevarse de a poco”) nadie cree que el dólar pueda ir a $2,80; pero hoy por hoy ya son pocos los que se animan a asegurar que en ningún momento alcanzará $3,40. El dato clave para sospechar que en algún momento el peso perderá valor frente a monedas duras -la del país más poderoso del mundo para nosotros todavía lo es- es la marcha de los precios. Con dólar quieto y una inflación anual de 25%, el país sería a fin de año un 25% más caro, en términos de dólar, que a principios de año.

Esa evolución plantearía al menos tres grandes problemas. En primer lugar: las empresas que compiten con producción extranjera –sea con importaciones que entran a nuestro país o vendiendo en el exterior– perderían un 25% de competitividad, si es que los costos en dólares en otros lado se mantienen constantes (Esto depende, a su vez, de la evolución del dólar frente a otras monedas: muchos países ganarían competitividad adicional frente a la Argentina si sus signos monetarios perdieran valor frente a un dólar en recuperción). Además, la balanza externa favorable puede resentirse o hasta revertirse, a la manera de la tablita o la convertibilidad, si la Argentina queda demasiado cara en términos de dólar. En tercer lugar, el mix de inflación –en particular, inflación salarial– y dólar quieto va carcomiendo el excedente de uno de los grandes beneficiarios de la devaluación: el Tesoro Nacional. El Estado tiene una buena parte de sus ingresos atados al dólar (las retenciones) y otra asociada a la evolución de los precios (IVA, por ejemplo). Del lado de los gastos, la proporción que sigue al dólar (los intereses de la deuda en moneda dura) es algo menor, y mayor la que está asociada directa o indirectamente a la evolución salarial. Una inflación como la de estos últimos dos años (mucho en salarios, bastante en precios, casi nada en dólar) empuja más a los gastos que a los ingresos, y va corroyendo el ahorro fiscal.

Competitividad, superávit externo, superávit fiscal: los tres grandes pilares del modelo están siendo víctimas de la combinación de dolar quieto y precios en alza. Las consecuencias podrían ser graves. El encarecimiento los costos en dólares podría detener el crecimiento en la producción y el empleo. El deterioro de los balances externo y fiscal podría ensombrecer la calificación de riesgo de la Argentina. Ya hay signos de todo eso: se percibe cierta desaceleración económica en el último par de meses, el riesgo país alcanza sus máximos post-reestructuración de la deuda y la cantidad de importaciones crece al doble que las exportaciones (40% vs 20%). La magia de los precios internacionales inéditos modera todo eso: los ingresos excepcionales de la exportación siguen empujando a la economía y a los ingresos fiscales, y hacen que en el platillo de entrada de la balanza comercial todavía haya más dólares que en el de salida.

¿Cómo puede reaccionar el gobierno? La discusión sobre las posibles consecuencias de una depreciación moderada ya están en el aire. De un solo saque (una devaluación de 20%, digamos) podría barajarse y dar de nuevo, reforzando los superávits gemelos (público y externo) y la competitividad de la economía argentina. La viabilidad de ese camino depende de cuánto reaccionen los precios internos ante la devaluación. En este sentido, la experiencia de 2002 puede llevar a confusiones. En aquel entonces, la devaluación no afectó inmediatamente a muchos precios internos (salvo, claro, los que tienen cotización internacional) por dos circunstancias bien diferentes a las actuales. En un contexto de más de 20% de desempleo no había margen para aumentos salariales; y la economía venía con envión deflacionario más que inflacionario. Hoy la situación es inversa: con desempleo ya debajo de 10% y expectativas de inflación creciente, lo más probable es que una devaluación sólo acelere la inflación. El efecto buscado se cancelaría en poco tiempo, y nos encontraríamos en pocos meses (ya con el runrún electoral en el horizonte) con una inflación más alta.

Considerando lo inmediatamente riesgoso de este camino, es más posible que el gobierno no quiera tomarlo por el momento. ¿Cuáles son las alternativas? Una es el “dulce hacer poco” de la primera presidencia kirchnerista: esperar que los astros se sigan alineando, agregarle algún mérito propio –en especial, moderar el gasto público– y rezar para que la inflación ceda antes de que este dólar sea insostenible. Es un sendero con bajas chances de éxito, y que en caso de fracaso nos presentaría en algunos meses con el mismo dilema pero recrudecido en sus tres facetas de competitividad, externa y fiscal. La devaluación necesaria sería mayor, y posiblemente también su repercusión inflacionaria.

Una tercera alternativa implica un poco más de esfuerzo hoy –en particular, el dolor psicológico de reconocer el problema inflacionario en toda su dimensión– pero acaso más chances para el gobierno de llegar entero al 2009. Se trata nada más ni nada menos que de un plan de estabilización, que incluya elementos ortodoxos (un sistema monetario de metas de inflación, una consolidación fiscal de largo palzo) y heterodoxos (negociaciones salariales centralizadas) para tratar de abatir la inflación antes de que el dólar sea insostenible. No parece, por el momento, una salida que esté en consideración de los Kirchner.

mi amigo no sabe si hacer a su hijo de river o de tigre

Y, para variar, opino:

"Si la idea es que sea un telehincha, lo tenés que hacer de un grande. si la idea es que vaya un poco a la cancha, hacelo de un equipo más chico. contra lo que se piensa en este foro, ir a la cancha con equipo chico -ochenta locos gritando "una cosa que empieza con C...Central"!- es una experiencia mucho más intensa e irrepetible que el circo romano de la bombonera. Si sos de Boca y salís campeón no te sentís especial, la gente se felicita mutuamente. Si sos de Central y le ganás a river, te llegan 14 mails de congratulaciones. La felicidad no es ganar campeonatos, es superar las expectativas, que en un equipo chico son más humildes. Una vez dimos vuelta un 0-1 contra Platense en los últimos 10 minutos (goles de Vázquez y el Puma Rodríguez) y te juro por mi madre que éramos 80 cortando la avenida maipú. Otra vez fuimos 60 tomados de las manos haciendo una ronda alrededor del obelisco al grito de "Aldo Poy, Aldo Poy, el Papá de Ñuls Ol Boys". Los peatones preguntaban qué hacíamos. Estábamos festejando un gol de 25 años atrás. Era un martes a la madrugada"

somos extraordinarios

Gran aporte de Elemaco: me manda a este sitio, donde puede verse la política comercial en materia de alimentos de todo el mundo. Cuando uno aprieta "Export Tax" sólo quedan los siguientes países:


Pero en Indonesia, Rusia y Ucrania los productos son poquitos:

Las tasas son de 1,5% para el aceite de ¿palma? en Indonesia, de 20% para el girasol y la rapeseed (¿semilla de la violación?) en Rusia, y 16% para la semilla de girasol en Ucrania. En Argentina, en cambio, tenés todo esto:


a las tasas que conocemos. O mejor dicho que discutimos.

Vicecampeón del mundo en cualquier cosa, en lo que salga: Tercera Posición, energía nuclear, justicialismo, vacas, tango, coraje, puños, viveza y elegancia.

Pero en impuesto a las exportaciones, los número 1.

martes, abril 22, 2008

porteños y provincianos

¿Se puede ser porteño y provinciano? Sí, porteño por nacimiento y provinciano en términos globales: miramos nuestro ombligo. Algo así parece sugerir el amigo Mario: tanta alharaca por las retenciones y al final resulta que muchos países pusieron restricciones a las exportaciones de alimentos para llenarle el estómago a sus buenas gentes. Lo hicieron "casi toda Asia, algunos de Europa oriental y Oceanía, un par de Africa, la Argentina". Así surge, dice, de este buenísimo mapa del Financial Times.

Seré porteño y provinciano (lo soy de otro modo también: viviendo a 10 cuadras de la General Paz, del lado de afuera, muchas veces me he sentido suficientemente no porteño como para poder gritar desde la tribuna de Central el "Porteños, hijos de puta..." dedicado a un Teodoro Nitti o a un Pancho Lamolina) pero sigo inconvencido. En primer lugar: "casi todo Asia" en términos de superficie, no en términos de cantidad países. En segundo lugar -y más improtante-: ¿En cuál/es de esos países las exportaciones alimentarias representan lo que representan para la Argentina? ¿En cuáles las retenciones son del nivel que tienen en la Argentina? En otras palabras: me gustaría ver un cuadro con la proporción "Recaudación de impuestos a las exportaciones / exportaciones totales". Apuesto a que figuramos primeros.

lunes, abril 21, 2008

a martín con cariño

La movilidad de las retenciones sirve para que a los granjeros argentinos no les pase como a los norteamericanos, en cuya rentabilidad pesa más la decisión de vender a futuro en el momento apropiado que el tamaño de sus cosechas. Así lo cuenta el NYTimes.

premios y castigos

Gran mensaje antiinflacionario: nos cuenta Pagni que el candidato a suceder a Lousteau es el presidente del Banco Central durante cuyo mandato se cuadruplicó la tasa de inflación. En Nueva Zelanda, por ejemplo, el presidente del Banco Central tiene un mandato protegido pero el ministro de Finanzas tiene derecho a echarlo si le erra a la meta de inflación.

domingo, abril 20, 2008

the road not taken

Decíamos el otro día para defender la hipótesis cambiaria de nuestra inflación que la experiencia brasileña era un hermoso contrafáctico: con precios similares en dólares en 2003, ambos nos teníamos que revaluar. Two roads diverged in the yellow woods: nosotros elegimos el menos transitado, el de apreciación real por la vía de la inflación. Incluso devaluamos un poquito para asegurar.

El índice Big Mac viene a nuestra ayuda. En efecto, en abril de 2003 el Big Mac costaba en la Argentina $4,10, en Brasil R$ 4,55. Los tipos de cambio eran 2,88 pesos por dólar y 3,09 reales por dólar. Es decir, casi la misma cosa en términos nominales y más aún en términos de dólar: US$1,42 nuestro Big Mac, US$ 1,48 en Brasil. En ambos casos, era un Big Mac barato para estándares internacionales.



Habrá que esperar el dato de este año para un análisis que incluya la inflación de los últimos meses. Normalmente es en abril, lo cual me hizo pensar que el Big Mac de 5,50 que me comí el otro día como gran ofertón fue una maniobra de Moreno para que sigamos figurando como un país muy competitivo.

Pero la data de 2007 ya nos dice algo: Brasil eligió apreciación nominal y así todo el Big Mac le subió 50% en cuatro años -- una inflación anual de cerca de 10%. A nosotros se nos duplicó, y eso que el Big Mac aparecía todavía comparativamente barato en 2007. Concretamente: casi un dólar más barato que en Brasil (ver columna "Big Mac prices in dollars"). Es decir que para llegar al mismo nivel que Brasil en 2007 todavía nos faltaban 36 puntos porcentuales de inflación.

En otras palabras: si entre 2003 y 2007 la Argentina iba a apreciarse en términos de dólar lo mismo que Brasil, pero quería mantener una política de tipo-de-cambio-nominal-con-piso-pero-sin-techo, necesitaba en 2007 un Big Mac de (US$3,61 x 3,09 = 11,15 pesos). Para llegar de los $4,10 de 2003 a los $11,15 en cuatro años necesitaba una inflación de 28% anual. ¿Era posible tener algo así sin meterse en la inercia inflacionaria? No creo.

viernes, abril 18, 2008

o mais boludos do mundo

De mi casilla:
perdón que insista con lo de ayer. pero la verdad que brasil es lindo para el ejercicio. creeme que a comienzos de 2003 los precios brasileños eran parecidos a los argentinos, y la cotización del real parecida a la del peso argentino. si fueran economías con shocks parecidos, que de entonces a ahora fueron acercándose a algo así como un TCReal de equilibrio (que pudo haber cambiado en el proceso, no importa), bueno: Brasil tiene 1,60 y tuvo inflaciones de 5% anual. Nostoros 3,20, implica que necesitamos tener precios el doble que los de brasil, si en el 2003 eran iguales. o sea distribuir en estos 4/5 años 100 puntos de inflación por encima de la brasileña. Difícil no hacerlo a una velocidad igual o mayor al 20% anual, que te mete en la inercia inflacionaria. Cierto es que si sobre eso metés una política fiscal expansiva la situación no mejora, pero creo que el núcleo del problema estuvo ahí.

tirar la primera piedra

Los comments tienen la ventaja de que tirás la piedra y podés esconder la mano, y aunque no la escondas el comment sigue siendo algo bastante escondido de por sí. Pero bueno, confieso que metí este comment catástrofe en lo de Genérico y Elemaco, imaginando los dilemas del mal escenario. Releo y pienso que ojalá que Andy Roddick, digo Dani Rodrik, tenga razón:
esto es como el STOP and GO, aunque a uno le parezca imposible por el superávit externo y aunque uno crea que a diferencia de los 50s ahora la devaluación real es expansiva y la revaluación eventualmente recesiva. (no estoy 100% seguro de que no fuera así en los 50s-60s, aunque con todos los efectos completamente silenciados por una economía híper cerrada).

ahora estaríamos en la etapa final del GO, disfrutando las últimas migajas de la ventaja cambiaria, y con los no transables expandiéndose porque a ellos no les molesta mucho la revaluación. Sí, cada vez nos parece más caro ir a comer afuera comparado con la laptop china -y por ende puede haber cierto traslado de gasto hacia los transables- pero no importa; por el momento seguimos con todo. el STOP va a aparecer con una combinación de apreciación cambiaria al mismo tiempo recesiva y generadora de desequilibrios públicos y privados. Si esperás a que suceda, llega un momento de tasas de interés reales altas (por riesgo país y porque se empieza a esperar una depreciación real, lo cual aumenta la tasa de interés real que es i* + RP + e - n, donde i* es la tasa internacional, RP el riesgo país, e la expectativa de devaluación -hasta ahí, la tasa de interés nominal- y n la inflación, es decir que (e-n) es la expectativa de devaluación real, es decir que la tasa de interés real es más alta cuando se espera depreciación real) .

Si no devaluás NUNCA, termina en desequilibrio externo. (El momento es más cercano cuanto más caigan los términos de intercambio y cuanto más rápido el dólar vuelva a la normalidad). Caída de reservas, corrida cambiaria, depreciación forzada por el mercado.
No es la "devaluación recesiva" de Díaz Alejandro; pero es mucho menos expansiva que inflacionaria. Poco efecto expansivo porque todavía estarías cerca del pleno empleo, y por el mismo motivo -más la inercia con la que venís- muy inflacionario. Perdés las elecciones.

Si, adelantándote a ese escenario, devaluás preventivamente, hacés la suelta de palomas, donde las palomas son las expectativas de inflación. A los tres meses de devaluar tenés el mismo tipo de cambio real. Nadie piensa que no lo vas a hacer de nuevo. Perdés las elecciones.

La solución a todo esto se llama plan de estabilización (clickear, Néstor, está todo explicado). Que no es recesivo, muchachos! ¿Cuál lo fue en la Argentina? ¿Krieger? ¿El Austral? ¿La Convertibilidad?

como turco en la neblina

Á la Frenkel, el turco Dani Rodrik visitó nuestra fumosa ciudad y descubrió en el tipo de cambio real alto un "modelo de desarrollo". Mis disensos con su post:

(1) la comparación Argentina-Brasil de la tasa de inversión es a precios corrientes. Como los bienes de inversión son generalmente transables, y Argentina y Brasil han tenido tipos de cambio reales diferentes, buena parte de la diferencia -no sé cuánto- está explicada porque la inversión es comparativamente más cara en la Argentina que en Brasil.

(2) (punto técnico) ¿La medición de Productividad Total de los Factores está bien? Suena exagerada la caída 2002: ¿no será que está midiendo al empleo como oferta de trabajo y al capital como stock de capital en lugar de capital utilizado? A mí siempre me dio que los primeros años del Milagro están explicados enteramente por recuperación de empleo y en las horas trabajadas y aumento en el uso de la capacidad.

(3) ¿Cómo es que un tipo de cambio real más alto selecciona naturalmente a sectores de "alta productividad" ("The weak currency has stimulated the right kind of structural change--from lower productivity activities to higher-productivity tradables--"). ¿Los transables serían de alta productividad y los no transables de baja? Entonces saquemos las retenciones, Dani.

(4) El tipo de cambio real alto ya no existe. O si existe, en seis meses ya no.

(5) No estoy seguro de que si hay "inflationary pressures (over 20% annually at present)" pueda concluirse que "There is nothing wrong with the underlying model that a larger fiscal surplus and a bit of dialog between the public and private sectors would not cure".

Dicho todo esto, siempre está bueno que alguien inteligente que la ve de más lejos la vea mejor que uno. Ojalá tenga razón.

Nota mental: tengo que escribir un post que se llame "contra la visión fiscalista de la inflación argentina". Mi primera pregunta va a ser: ¿Por qué decimos que un consumo público que creció entre 2006 y2007 3000 millones de pesos a precios de 1993 tuvo un gran efecto inflacionario, y no lo tuvo, por ejemplo, una inversión que aumentó en el mismo año 10.000 millones de pesos, también a precios de 1993? (Mi pregunta tiene varias trampas, pero vale). Nota mental (bis): asoma el mismo debate que tras la crisis de 2001: ¿fue la política cambiaria o la política fiscal? En los dos casos responderé: la política cambiaria.

jueves, abril 17, 2008

con la sangre en el ojo, y un bono en el ojal


(una parte del aviso que la "American Task Force Argentina" sacó o estuvo por sacar. Esto sí que es una campaña anti-argentina).

señales de humo


Para mí está todo armado por Elio De Angeli y su pandilla. Dos pájaros (Botnia y Néstor) de un solo tiro. Entretanto, el más promisorio dirigente político del momento está organizando un Cabildo Abierto en la línea de "no taxation without representation": va a chequear que los diputados estén cumpliendo con el mandato popular. Un 2001 de la campiña: ¡Todo el poder a las Asambleas!

EX-POST: Me dicen que es del PCR. ¡Pues todo el poder a los soviets entonces!

la patagonia rebelde

Neuquén y Chubut son las únicas dos provincias que siguen publicando estimaciones independientes de sus niveles de precios. Hace un año eran siete u ocho. Chubut todavía no sacó el número de marzo; espero que el empleador de Ficha Pichot no haya arrugado.

Neuquén acaba de sacar su idus de marzo: 2,1%. No me banco cuando en la búsqueda de un efecto psicológico se comenta una cifra promedio resaltando alguno de los valores extremos que lo componen (ej.: "Cristina sacó 45%, pero pensá que hubo lugares donde sacó 78%..."). Aquí, sin embargo, voy a hacer exactamente eso. El rubro "Bienes" creció 1,95%, apenas por debajo del promedio general; el rubro "Servicios", 3,9%. Se ve que los neuquinos no van mucho a la peluquería. (Personalmente, no voy desde el año 81: creo que es una gran estafa, una reconversión de los barberos cuando la revolución industrial redujo tanto el costo de las navajas que la gente pasó a comprárselas y afeitarse en su propia casa; es facilísimo cortarse el pelo dignamente frente al espejo). Con el peso de Bienes y Servicios del IPC, el número sería 2,7%. Una inflación austral.

Con la cifra de marzo, Neuquén acumula 34,6% en los últimos 12 meses, y 7% en los primeros tres meses del año (que anualizado da 31%: ¡estamos mal pero vamos bien!).

miércoles, abril 16, 2008

¿cómo la ves?

Me preguntan:

1) ¿Cómo ves este tema de la competitividad?

En la Argentina los golpes de la apertura más apreciación cambiaria de los 90s seguramente terminaron siendo demasiado exigentes, con lo cual todos los sectores que pudieron sobrevivir o expandirse en aquella época seguramente pueden hacerlo ahora, con condiciones de competitividad más favorables que entonces. Como descripción general, está claro que todo lo que sea productos primarios y su elaboración e industrialización puede competir en el mundo, empezando por la Sagrada Trinidad de la dieta mediterránea que heredamos de nuestra inmigración (panificados, aceites, vinos); asimismo, la Argentina sigue teniendo una muy buena relación salario/en su mano de obra calificada, lo que permite explotar una infinidad de nichos (desde diseño de moda hasta equipamiento para la industria medicinal) que individualmente no tienen el tamaño de la soja pero que tomados en conjunto ya son una realidad significativa y con un margen infinito para crecer. En tercer lugar, las grandes industrias del desarrollismo (siderurgia, petroquímica) se han visto o se verán complicadas por la política energética de los gobiernos kirchneristas.

2) ¿Qué debe hacer el gobierno para ayudar a mantener la competitividad en las empresas?

Adam Smith decía "paz, impuestos bajos y una tolerable administración de la justicia". Podemos discutir si esas tres cosas son suficientes, pero está claro que ayudan y que en cada una de ellas -entendiendo paz también como civilidad política; y administración de la justicia en el sentido más amplio que hoy llamaríamos "seguridad jurídica"- tenemos mucho para mejorar. Más allá de eso, creo que se justifica la promoción pública a la producción privada en aquellos casos en que pueda detectarse con claridad alguno de los tres motivos que la OMC admite para subsidios a la exportación (estímulo regional y a la acumulación de capital humano y de tecnología). Y creo que la herramienta debe ser lo más general posible: subsidio a la tasa de interés o a la contratación de empleo, o quizás a las exportaciones.

3) ¿Cómo ves la propuesta de algunos industriales de devaluatr más el peso (llevarlo a $3,40)?

Suicida. Cuando era chico mi padre me decía "la ambición mata al hombre". Querer transferir ingresos de los trabajadores a los empresarios con una devaluación en un momento de aceleración inflacionaria es declarar oficialmente el comienzo de una lucha de clases cuyo único resultado relevante será una significativa aceleración inflacionaria. Los marxistas deberían estar a favor, para acercarnos un poco a la revolución.

4) ¿Cómo te parece que se está llevando adelante la negociación salarial y que impacto puede tener?

Estamos empezando a ver que archivar el anunciado Acuerdo Social tenía un beneficio a la corta (las primeras partiarias tal vez daban un número menor que el que podría haber surgido de un Acuerdo Social) pero una complicación poco después: los últimos serán los primeros, porque añaden a sus pedidos el efecto inflacionario de las negociaciones más tempranas. Era un resultado teórico y práctico conocido en nuestras épocas de alta inflación que la negociación escalonada da lugar a una mayor inercia inflacionaria que una centralizada. Acaso hay un corolario optimista y es que podemos reservar el Acuerdo Social para cuando haya un ánimo estabilizador.

5) ¿Qué escenario vislumbrás en materia de tarifas?

No lo sé. Ocurre un poco como con el INDEC: a medida que la inflación "real" se acelera, el costo del sinceramiento (de las estadísticas, de las tarifas públicas) va creciendo. Por el momento se percibe una continuidad del "gradualismo insuficiente", que da lugar a una combinación de complicaciones fiscales (por los subsidios) y estrechez energética.

los border

El título es "LAS EXPECTATIVAS DE INFLACIÓN ASCIENDEN A 32,8% EN ABRIL, MÁXIMO HISTÓRICO DE LA SERIE". Lo curioso es cuando mirás el gráfico, parte del resultado está explicado porque hay más de un par de locos que dicen que la inflación va a ser 100%:


En homenaje a esos locos es que se reporta la expectativa "mediana", esto es, la expectativa de la persona que está en la mitad de la Tabla de Optimismo. Esa da 25%. Yo ando por ahí, quizás un poquito más. Lo notable es que esa expectativa mediana era 10% hace un año y medio. Something is rotten in the state of Argentina.

martes, abril 15, 2008

el trust harinero

Mi bandeja de entrada es un blog mucho mejor que La Ciencia Maldita. A veces me llegan posts como este:

From: Dr Pangloss
To: La Ciencia Maldita

Se discute en la Cámara de Diputados el impuesto a la exportación móvil (un impuesto al mayor valor respecto a antes del estallido de la Primera Guerra Mundial) que ha propuesto el gobierno de Hipólito Yrigoyen. Es el 29 de diciembre de 1917. El diputado socialista Juan B. Justo dice : "Hemos hablado alguna vez, ante el fenómeno de la carestía de la carne y del pan, de la aplicación de derechos de exportación sobre el trigo y la carne, a fin de que estos artículos se abaraten en el país. Es evidente que el impuesto a la exportación consiste esencialmente en tomar de la Aduana una parte del valor de los productos que se exportan. A igualdad de otras condiciones, el impuesto a la exportación es una merma del valor que recibirán los productores argentinos por sus productos , y una baja de esos productos en el mercado interno. Cuando el trigo se ha vendido a un precio muy alto y la carne igualmente, hemos mirado con cierta simpatía la perspectiva de un impuesto de esta naturaleza…Ahora que vemos que el Ejecutivo prohibe la salida del trigo y permite la de la harina…ya no le damos esa importancia al impuesto a la exportación. A los fines del abaratamiento de la vida lo creemos superfluo".

Finalmente, el 4 de enero de 1918, el Congreso decide eliminar la prohibición de exportar trigo pero mantiene una diferencia del 50% entre los derechos de exportación al trigo y los derechos de exportación a la harina. Juan B. Justo se opone. Se vota el proyecto favorablemente pero -como una concesión a las críticas de Juan B. Justo- se crea una Comisión para estudiar "la trustificación del sector harinero" y de otros sectores de la economía argentina. La Comisión se expediría más tarde con un largo estudio que no tendría consecuencias prácticas.

¿el petróleo es al gas como el lomo al rosbif?

¿No es el gas, en buena medida, un subproducto del petróleo? ¿No hay rosbif en la misma vaca de la que se saca el lomo?

Si es así, las retenciones al petróleo tienden a aumentar, no disminuir, el precio del gas (o, en un mercado regulado, a disminuir la cantidad que se fabrica al precio vigente). Con un precio mayor para el petróleo -por ejemplo, eliminando retenciones- habría más exploración (no sé si encontraríamos la reserva más grande de los últimos 30 años, pero algo más que ahora seguro) y por lo tanto mayor oferta de gas. El petróleo sería más caro; el gas, más barato.

Y las retenciones o prohibiciones a la exportación de carne tienden a aumentar el precio del rosbif y el osobuco. Con un precio mayor para el lomo -por ejemplo, eliminando retenciones- se invertiría más en vaquitas. Habría el exactamente el mismo aumento en la producción de lomo que de rosbif. El lomo sería más caro; el rosbif, más barato. En algún momento del siglo XIX la carne era gratis porque se producían muchas vacas para obtener cuero. Sin exportaciones de cuero, el precio de la carne seguramente habría sido más alto.

Salvo, claro, que el gas y el rosbif fueran productos transables. En alguna medida lo son, pero no tanto como sus productos madre (petróleo y lomo, digamos). Y aunque fueran transables perfectos: podría bajarse su precio limitando las exportaciones -de gas y de rosbif- pero eliminando las retenciones al petróleo y al lomo. En ambos casos, a favor de la distribución del ingreso, ya que el petróleo y el lomo caros lo pagarían más bien los ricos. Y ahorrándonos crisis del campo y crisis energética, que no sería poco.

¿Está mal el razonamiento? ¿Ya lo sabíamos de memoria? ¿Las dos cosas?

para que tu rutina www sea suficientemente larga de modo de que cuando la termines ya puedas reiniciarla sin necesidad de hacer nada en el medio

Recomiendo enfáticamente un blog nada nuevo pero que recién descubro, El Magma. Como para compensar el descanso del Criador.

lunes, abril 14, 2008

reescribiendo los manuales

El autor del manual de macroeconomía más utilizado en la actualidad concede que quizás, quizás, el canal por el cual la política monetaria afecta el nivel de actividad no es la tasa de interés sino el tipo de cambio nominal, aun en una economía grande como la norteamericana:
At the very least, even in a world of perfect capital mobility, monetary policy can use the exchange-rate channel: More expansionary policy causes the currency to depreciate, which stimulates net exports. That channel is part of the story right now.
Greg se suma a Paul. Bienvenidos a la globalización.

domingo, abril 13, 2008

soy roca, de ladrillo

Lo dicho: ganaremos o perderemos esta Davis en nuestra querida tierra colorada. Flaco favor para la causa mapuche -- el Genocida del Desierto sigue tallando su nombre en la historia, y ahora sobrevuela el santuario de lo que podría ser una de nuestras mayores hazañas deportivas. Será en Parque Roca con Rusia y también allí una eventual final con España o USA. Los mercados nos dan ganadores:

tierra y libertad

Hace un tiempo proponíamos a los terratenientes regalar el 20% de sus tierras a los pobres, para que las retenciones fueran una política impopular. (No contaba con la astucia peronista: siempre pueden mantener el impuesto y devolverlo a los pequeños productores). Esto viene a cuento de que el Cabezón se puso a la cabeza de la reforma agraria sudamericana.

machismo aritmético

Uno entiende que a nuestros grandes humanistas no les interese la matemática, pero esa costumbre tiene sus riesgos. Le dice JP Feinmann a Fontevecchia:

"La mayoría de los tipos no se casan con mujeres inteligentes".

Corolarios posibles: (i) las mujeres inteligentes se casan menos que las no inteligentes; (ii) las mujeres no son, en su mayoría, inteligentes.

viernes, abril 11, 2008

¿cuál es el equivalente porteño de los latte liberals?

Stuffwhitepeoplelike es un excelente blog con un nombre creo que equívoco: no se trata de una burla a los blancos sino a un subconjunto de ellos. Quizás, a lo que ahora se llama Latte Liberals: los progres ricos norteamericanos que gustan de las causas ecológicas, las campañas contra productos Nike fabricados en el tercer mundo y los ambientes de "diversidad cultural", incluidos sobre todo los restaruants étnicos. Entre otras 95 inclinaciones, una de las que más me gustó es Free Health Care:
In spite of having access to the best health insurance and fanciest hospitals, white people are passionate about the idea of socialized medicine. So much so that they have memorized statistics and examples of how for-profit medicine has destroyed the United States.

But before you can exploit this information for personal gain, it’s important that you understand why white people are so in love with free health care.

The first and most obvious reason is “they have it Europe.” White people love all things European, this especially true of things that are unavailable in the United States (Rare Beers, Absinthe, legal marijuana, prostitution, soccer). The fact that it’s available in Canada isn’t really that impressive, but it does contribute to their willingness to threaten to move there.

These desires were only heightened in 2007 when Michael Moore released “Sicko,” a documentary that contrasts the health care industry in the United States with that of Canada, France and Cuba. As a general rule of thumb, white people are always extra passionate about issues that have been the subject of a Moore documentary. As a test, ask them about 9/11, Gun Control, or Health Care and then say “where did you get that information?” You will not be surprised at the results.

But the secret reason why all white people love socialized medicine is that they all love the idea of receiving health care without having a full-time job. This would allow them to work as a freelance designer/consultant/copywriter/photographer/blogger, open their own bookstore, stay at home with their kids, or be a part of an Internet start-up without having to worry about a benefits package. Though many of them would never follow this path, they appreciate having the option...
La trampa con estos agregados sociales es que al final hay pocos individuos que entren en la categoría con carácter puro. (A primera lectura me sentí identificado con alguna, aunque refinando, no tanto: me gusta el fútbol, no #80 The Idea of Soccer; y felizmente hubo muchas más en las que me encontré del lado del que burla: entre las últimas 20, #95 Rugby, #89 St. Patrick’s Day, #82 Hating Corporations, #79 Modern Furniture, #76 Bottles of Water, #74 Oscar Parties). Con toda la imprecisión que implica meterle 100 calificativos a un grupo imaginario, me encontré preguntándome cómo se llamaría ese conjunto de porteños acomodados del que puede hacerse una lista parecida de inclinaciones estéticas y políticas previsibles. ¿Palermo Progres?

al pan, pan, y a la harina, harina

A propósito de nuestro cálculo de almacenero sobre la influencia de las retenciones al trigo en el precio del pan, nos escribe nuestro lector más exigente:

Si la harina es un transable sujeto a retenciones, ¿no habría que calcular el peso de la harina en el precio del pan más que el peso del trigo?
El argumento es irrebatible. No importa cuál sea el precio del trigo, el harinero venderá localmente al precio internacional de la harina menos la retención; a lo que le restará también un subsidio si lo hay. En otras palabras: la retención al trigo no influye demasiado sobre el precio local del pan, sí sobre la rentabilidad de la industria molinera.

No sé cuál es la retención a la harina, pero un googleo rápido me lleva a una resolución de la Mujer de la Bolsa llevándola a 10%. Ayer estuve en el súper y el precio del pan de $2,40 es sólo el de acuerdo con el gobierno, ie., no sé si depende tanto de las retenciones. El pan "de mercado" estaba a 3 y pico, 4. Con la bolsa de harina de 50 kilos a 50 mangos, y 750 gramos de harina en el kilo de pan, hay 75 centavos de costo harinero en el kilo de pan. Sacar las retenciones de 10%, per se (es decir, no me meto a discutir el tema de los subsidios) sólo aumentaría el precio del pan en 8 centavos (algo así como un 2%). Y sacar las de trigo no lo aumentaría nada. No creo que quiebre la industria harinera sin retenciones ni subsidios.

jueves, abril 10, 2008

Rebelión en la Chacra: ¿crisis de abundancia o crisis del modelo?

(nuestra columna quincenal en Newsweek)

El dramatismo de la crisis que vivimos hace un par de semanas parece, a primera vista, difícil de comprender en un país que está completando el ciclo de crecimiento ininterrumpido más prolongado de sus doscientos años de vida. Detrás de aquella frase poco política de la Presidenta (“son piquetes de la abundancia”) hay una realidad incontrastable: la Argentina produce 50% más que hace 5 años, y el precio de las cosas que vende al exterior es –en promedio, y dejando de lado movimientos de muy corto plazo– alrededor de un 50% mayor. Un fifty-fifty del crecimiento.

Entre las muchas palabras de Cristina Fernández, la más cargada de sentido para sostener el sistema de retenciones fue “redistribución”. ¿Quién se queda con la prosperidad? El sistema de tasas móviles, planteado en momentos de precios récord e incluso con pronósticos de alza, tenía en mente una repartija de los dólares de la agricultura casi igual para el Estado y el campo; y una asignación muy sesgada a favor del gobierno –en casos extremos, hasta 95%– si se considera solamente lo que cada parte se quedaba de incrementos ulteriores en los precios. Aproximadamente, un fifty-fifty en la distribución.

La idea de que la Crisis del Campo puede ser una crisis de la prosperidad no es necesariamente caprichosa. No es raro que la bonanza genere conflicto. Esbozo aquí una hipótesis de mesa de café: lo más pacífico es la estabilidad, pero la abundancia puede resultar tan conflictiva como la miseria. Si la torta se hincha apenas (digamos, un crecimiento del 2%) a todos nos parecerá razonable mantener el ángulo de nuestra tajada. Pero si nos quitan la mitad de la torta, o nos regalan una torta nueva, casi seguro habrá pelea.

Razonable como es la visión de la rebelión de las chacras como una de crisis de abundancia, es posible plentearle algunos reparos. Sobre todo: ¿por qué decidió el gobierno una nueva suba de retenciones cuando ya habían sido aumentadas apenas unos meses atrás, mientras se preparaba el cambio de mando entre marido y mujer? ¿Por qué el campo reaccionó con tanta virulencia ante un incremento que era bastante menor al que había impuesto Néstor Kirchner al final de su mandato, y que dejaba a los precios netos de retenciones en un nivel superior al de entonces?

Seguramente habrá respuestas específicas para cada uno de estos interrogantes (“los precios externos siguieron subiendo”, “el campo reaccionó ante la gota que rebalsó el vaso”), pero lo cierto es que el conflicto con el agro no puede entenderse, ni en su origen ni en sus consecuencias, fuera del contexto de un modelo económico que se está lastimando al rasparse contra sus propios límites. La inflación anualizada –estimada por los medios más honestos con los que contamos, como los datos de facturación en supermercados y las mediciones provinciales no digitadas por el INDEC– ya mostraba en febrero un nuevo ascenso tras cierta sensación de apaciguamiento que había esbozado en los últimos meses de 2007 (ver cuadro). En marzo la sensación es de una aceleración todavía mayor.


Nota: a la facturación de supermercados se le resta una estimación del crecimiento real del consumo (9%) para aproximarse a la tasa de inflación.

¿Qué tiene que ver este nuevo salto de la inflación con el conflicto entre el gobierno y los productores agropecuarios? Por un lado, la inflación seguramente figuró de manera prominente entre los argumentos que inspiraron el nuevo impuestazo al campo. Puede intuirse que la aceleración inflacionaria se colaba de dos maneras en las discusiones de mesa chica: con más retenciones se evita que la suba de los precios internacionales eche más leña al fuego de la inflación, en momentos en que una llamarada puede desembocar en incendio. Además, ¿no ha sido cierto en nuestro país que la inflación siempre vino de la mano del desequilibrio fiscal? Con el gasto creciendo arriba de 35% –en buena parte una consecuencia de la inflación salarial– acercar unos pesos más a la caja era hacer más sólido el superávit, búnker último de la economía kirchnerista.

Cada uno de esos motivos es discutible, acaso por una cuestión de dimensiones. Un aumento de 10% en el trigo puede dar lugar, con toda la furia, a una suba de 2% en el pan, cuya elaboración involucra mucho más agregación de valor (en la molinería, en el transporte, en la panadería) que el precio de su materia prima, y una suba de una o dos décimas en el IPC. Al lado del efecto inflacionario que están teniendo aumentos salariales arriba del 20%, es una gota en el océano. En cuanto a la relación entre la inflación y las cuentas fiscales, la Argentina está hoy en un terreno que desconoce: inflación con superávit. No es, en verdad, una combinación teóricamente imposible. La política fiscal prudente puede atenuar algo, pero de ningún modo anular, el efecto inflacionario de una política moentaria expansiva, ordenada toda ella alrededor de la idea de una moneda nacional minusválida. Aquí y en todo el mundo, la pretensión de que la moneda propia tenga poco valor conduce, casi tautológicamente, a la inflación.

Si entre las razones del gobierno para la medida arancelaria más polémica de nuestra historia figuraba, en última instancia, el contexto inflacionario, también es cierto que la reacción campestre fue lo que fue por otro efecto nocivo de las subas de precios. El argumento de que el precio neto de retenciones medido en dólares seguía siendo más alto que en el pasado no convencía a los productores, que argumentaban que sus costos también habían aumentado. Un análisis fino de este argumento requeriría bucear en la estructura de costos del campo, pero en todo caso la queja tiene cierta legitimidad: es suficiente con apuntar que en un país en el que todo aumenta en términos de dólares (los salarios, por ejemplo, lo hacen a más del 20%, y otro tanto los precios al consumidor), no basta con señalar, sin más, que los precios han subido: cuando todo se está moviendo, lo que importa es la velocidad.

Lamentablemente, un enfrentamiento en el que de ambos lados la inflación aparecía como una motivación central ha tenido como una de sus consecuencias principales la aceleración de precios que hemos sentido en el último mes. Si ya estábamos en una situación inflacionaria peligrosa, el nuevo salto de precios la agrava un poquito más. En ese sentido, ha sido un conflicto en el que todos hemos perdido.

era en abril

La CBA de Artemio da una baja de 13% en la primera semana post-Rebelión en la Chacra. El dato de inflación de abril -que nunca sabremos- empieza a ser fundamental. Diría que 1,5% es el punto de corte entre una buena y una mala tasa de inflación. (1,5% mensual es 20% anual).

miércoles, abril 09, 2008

al pan, pan, y al trigo, trigo

¿Tenemos algún caso histórico más o menos reciente para ver el efecto sobre la canasta alimentaria de la Agflación mundial? Sí: 1993-1996. No fue de la misma magnitud, pero sí importante. En el período Feb-93 a Ago-96 los precios primarios de exportación argentinos subieron 48%. ¿Cuál fue el efecto sobre la canasta alimentaria? El ejercicio es interesante porque otro componente grande de los precios (los salarios) estaba al final de ese período casi en el mismo nivel que al principio). Aquí va:


La canasta básica subió 12% en esos tres años y medio. De 48%, 12% -- una cuarta parte. Exactamente lo que decíamos con el precio del trigo y el precio del pan.

el que apuesta al dólar pierde

No quiero ser golpista así que lo digo de ese modo. Ya pensaba hacerlo, pero cuando uno lee cosas como esta... La verdad que el riesgo de pérdida es mínimo: ¿puede depreciarse mucho más el dólar frente al euro?; ¿Puede apreciarse mucho el peso contra el dólar? No creo; no creo.

martes, abril 08, 2008

te bancamos, rogelio

Quiero comprar acciones de Roger, ahora que están en baja. Así como Roddick dijo "I came in knowing that nobody has beaten me 12 times in a row, so I had that on my side" (en verdad, una cita empeorada de la frase de Gerulaitis tras ganarle finalmente a Connors: "Nobody - Nobody - beats Vitas Gerulaitis 17 times in a row!"), las estadísticas marcan que Federer tiene un dígito de derrotas por año, desde 2004 para acá. Y este año ya llevamos 4. Hay que administrarlas bien, porque en la temporada de la maldita tierra colorada nos gastaremos otras tantas... lo bueno es que para cuando lleguen Wimbledon y el US Open, donde habrá que defender el Número 1, ya no quedarán derrotas, serán sólo victorias.

Mis hipótesis de trabajo son dos: (1) Roger quiere desmentir ese argumento de que le tocó una mala época del circuito. Pierde Roger y la gente dice: "Che, Nalbandián es bueno, Roddick es bueno, Djokovic es bueno, Davydenko es bueno, Nadal es buenísimo; qué increíble estar número 1 tantos años, ganar 2 de cada 3 Grand Slams durante casi 5 años"; (2) Roger sabe que le voy a apostar en Roland Garros, y quiere pagarme un poco más. Veremos.

dilemas de peso

Zapatero vislumbra dificultades económicas para España. El Economist todavía es optimista respecto a Europa, aunque el argumento no me convence: las exportaciones europeas no se ven tan afectadas por la suba del euro. (OK, pero tampoco se verán beneficiadas, o sí?). En USA parece haber chances de una mayor calma financiera -¿o es que nos distrajimos con el locáu?-, aunque el mercado de trabajo empieza a sentir los efectos.

Botón line: ¿Y si el dólar ya tocó su techo (corrijo: su piso, su mínimo valor) contra el euro? ¿Y si en algún momento empieza a desandar el camino que recorrió estos últimos años? ¿Problemas para nosotros?

Con el dólar debilitándose, el dilema fue entre (1) apreciar el peso contra el dólar y no importar inflación, lo que conducía a apreciación real por nuestra inflación de origen interno; o (2) mantener el $3,15 e importar inflación, y en tal caso más o menos mantener el tipo de cambio real: la inflación en dólares de Argentina -en parte importada, en parte no- se veía compensada por la inflación en dólares en el resto del mundo.

Elegimos la opción (2): nuestra inflación fue más alta que lo que habría sido en la opción (1), pero así y todo logramos mantener la competitividad.

Si la cosa se da vuelta y el euro empieza a bajar, el dilema sería entre: (1) pasar de $3,15 a $3,40, alegando ahora que lo mismo estarán haciendo Chile, Brasil, la propia Europa, y (2) mantener la paridad con el dólar, lo cual implicaría que el numerador y el denominador del tipo de cambio real (respectivamente, los precios internacionales y los precios locales, ambos medidos en pesos) pasarían a moverse en direcciones opuestas; los precios internacionales estarían bajando (estilo 1999) y los precios locales subiendo. Resultado: atraso cambiario de aquellos, como tuvieron todos los gobiernos peronistas.

Para un país que sigue metas de inflación, lo correcto es la opción (1) en ambos casos: apreciar contra la "divisa patrón" cuando hay inflación en el mundo medida en esa misma divisa; y depreciar cuando ocurre lo opuesto. Claro que si no apreciás cuando hay que apreciar pero sí depreciás cuando hay que hacerlo la inferencia es: "el peso es una moneda de mierda" (como nuestra dirigencia). Con inflación arriba de 20%, no es un mensaje reconfortante.

domingo, abril 06, 2008

antes del atardecer

Entre fines de enero y principios de abril, el Índice Crítica pasó de $3.702 a $4.318, 16% en dos meses. Esperamos fervorosamente que esté mal medido.

sábado, abril 05, 2008

un google-images a la derecha, por favor

En la publicidad del gobierno contra el campo, cuando dicen maíz, dibujan trigo (gaffe notada por El Bromista).

se siente, se siente, huergo presidente

Héctor Huergo de Clarín Rural me sigue emocionando: "Al gran yuyo argentino, salud!". En el mismo suplemento, buen enfoque de Alieto: (1) eliminación de retenciones, (2) aumento del inmobiliario rural, (3) subsidio a la demanda de alimentos.

Federalismo, estructura productiva, distribución del ingreso: debates postergados sobre los tres grandes temas de nuestra economía empiezan a despuntar tras la Crisis del Campo. Bienvenidos.

viernes, abril 04, 2008

a la flauta

Pan(era) accesible para todos

La retención al trigo anda cerca de 25%. ¿Cuánto aumentaría el pan si se eliminara la retención? A ver:

100 kilos de trigo = 75 kilos de harina
100 kilos de harina = 130 kilos de pan
Es decir que 1 kilo de pan = circa 1 kilo de trigo

Precio del trigo en Argentina: 620 pesos / tonelada: $0,62/kilo.
Precio del pan (Flautita Cotodigital): $2,50
Participación del trigo en el costo del pan = 2,50 / 0,62 = c. 25% (este pdf del Foro de la Cadena Agro Industrial dice en cambio 9,6%, pero admite que es una estimación de mínima).

Es decir, un aumento de 10% en el precio internacional del trigo hace aumentar el pan en 2,5%.

Cuidado: sacar una retención de 25% implica un aumento de 33% en el precio local del trigo. La flautita aumentaría 33 x 0,25 = c. 8%. Es decir que pasaría de $2,50 a $2,70. En la Argentina inflacionaria, una gota o dos en el océano.

EX-POST: O sea que aquello de "el pan valdría dos pesos más que lo que vale" es exactamente cierto, si estamos hablando en decenas de kilos.

el otro martín

El presidente del Banco Central durante cuyo mandato se cuadruplicó la tasa de inflación le responde al Economist. Creo que esto ya lo vi: un argentino diciendo "nuestro país es distinto a los demás, por eso usamos una política monetaria rarísima". Coincido con Redrado en que la demanda de dinero es igual a la oferta, pero sólo porque creo que siempre es así (cuando no lo es, inmediatamente se ajusta el valor de la moneda). Lo que Redrado no dice es por qué eligió el tipo de cambio nominal que eligió.

esta moda del diálogo

Pego la respuesta de Axel Kiciloff a mi reacción sobre su nota en Pravda/12:

A través de un amigo me enteré de que habías polemizado en tu blog con mi nota de Página/12. Estoy sinceramente interesado en iniciar un debate sobre cuestiones teóricas como ésta. Son tan importantes como complejas, por lo que la discusión requiere a menudo explicaciones extensas. Para hacerlo te propongo que elijas un espacio "neutral", concretamente, una página web o un blog ajeno; de esa manera mis intervenciones y las tuyas quedarían en una posición más equitativa.

La cuestión de la renta agropecuaria (y de su relación con el valor de las tierras) es intrincada, al punto de haber atraído la atención de las más grandes mentes de la teoría económica durante siglos; sin embargo me parece que puedo contribuir a despejar tu confusión con algunos argumentos que no aparecieron en la nota por cuestiones de extensión. Si la discusión va a proseguir, te propongo hacerlo en los términos indicados.

Vos sostenés que la tierra es un activo y el alquiler su rendimiento (asimilemos, para simplificar, la renta de la tierra con el alquiler de la tierra). De esta afirmación deducís que ese "activo", la tierra, y ese alquiler, la renta, nada tienen de particular, sino que son perfectamente asimilables a lo que ocurre con un bono, una acción, etc. En base a este razonamiento, podés suponer que cualquier medida del gobierno que modifique el rendimiento del activo afectará su precio provocando pérdidas (o ganancias) de capital a quién lo adquirió originalmente.

Es difícil negar todas estas afirmaciones porque en efecto, esto es lo que a simple vista se observa y, por tanto, todas estas proposiciones coinciden con el tan preciado "sentido común" y la tan valorada "intuición". Los economistas ortodoxos gustan hablar así: "este modelo, aunque parece muy complicado encierra un contenido totalmente intuitivo" y por tanto, según parece, cierto. Así y todo, lamentablemente, la tarea científica no consiste únicamente en describir lo que todo el mundo observa para luego sostener que es verdad porque, precisamente, cualquiera puede verlo. Y menos todavía "simplificarlo" y traducirlo a un sistema de ecuaciones. Digo lamentablemente porque es indudable que de ese modo la tarea teórica sería mucho más sencilla de lo que en realidad es. Pero justamente la ciencia es ciencia porque avanza más allá de las apariencias. Aun la ortodoxa. Y en ese punto, precisamente, se ubica la dificultad de la teoría de la renta de la tierra. Como quién dice, Lucas, las apariencias engañan. Para eso está –o debería estar- la economía: para enderezar esos engaños, no para apoyarse en las apariencias triviales, sino para explicar lo que hay detrás de esos fenómenos superficiales.

La operación que vos hacés está equivocada o, mejor dicho, implica una inversión de la "causalidad". Me explico recurriendo primero a dos ejemplos desagradables. Supongamos que vos montás una organización mafiosa en tu cuadra que les cobra a los comerciantes 10.000 dólares por año en concepto de "tarifa por protección". Un día, un mafioso de otra cuadra te dice que quiere, pacíficamente, comprar a la clientela de tu cuadra, a la que llamaremos "territorio". ¿Cuánto le cobrarías por cederle el territorio, es decir, el derecho de recibir los 10.000 dólares por año? Existe una forma muy sencilla y bastante habitual de hacer este cálculo de valuación: descontar los ingresos futuros a la tasa de interés vigente o, lo que es casi lo mismo, dividir el monto de la anualidad por la tasa de interés. Si la tasa de interés anual es del 10%, el precio de venta del territorio será de 100.000 dólares. De esta forma, para los mafiosos, el "territorio" se transforma en un activo y los ingresos que se obtienen se convierten en su rendimiento. Cuando la operación finalmente se cristaliza, se trata simplemente de un activo que devenga un 10% de interés (más o menos igual que la de cualquier otro activo, corregido por riesgo). Es obvio que si la tasa de interés baja o sube, el precio del territorio se moverá en dirección opuesta. También si se pone un impuesto a estos pagos o si hay noticias desfavorables para la mafia. El otro ejemplo áspero es el de la trata de blancas o de los inmigrantes "ilegales" esclavizados. Si alguien quisiera comprarlos, seguramente pagaría el precio de los ingresos netos que obtendrá por su "uso", descontados a la tasa de interés vigente.

OK, Lucas, acabo de demostrar algo que es absolutamente evidente, prosaico, a saber: que cualquier corriente fija de ingresos cuya propiedad pueda negociarse es asimilable a un activo. Y que su precio se obtiene descontando ese flujo futuro con la tasa de interés. El que lo compra bien puede (y debe) tratarlo como un activo, incluso le conviene comparar la tasa de interés a la que se descuenta con la de otros activos. Sí, sí, lo acepto: Pero eso no quiere decir que la "protección" o los "esclavos" sean un bien de capital. Su cualidad de activo proviene del hecho de que el ingreso futuro se ha capitalizado, con independencia de la legitimidad, legalidad y origen (diverso) de esos ingresos.

Ahora, esta semejanza no debe conducir al siguiente error teórico. Una vez que considero dados los ingresos futuros y los descuento por la tasa de interés vigente, obtengo el precio del "esclavo", el "territorio" o, por caso, de una parcela de tierra. Así es como efectivamente se obtiene tal precio. Pero la operación completamente equivocada y vacía de toda teoría consiste en invertir el razonamiento y suponer que lo que está dado es el precio del "activo" y que debe considerarse su rendimiento (el alquiler) como equivalente al interés de ese activo. De aquí podría deducirse, además, (aunque entiendo que vos no lo hacés) que las retenciones son confiscatorias pues dado el precio anterior, toda intromisión en los ingresos lo modifica.

Hay muy pocos teóricos en la historia de la economía (me guardo los nombres para la discusión extensa a la que te invito) que hayan llevado a la práctica esta inversión que consiste en "deducir" la cuantía de la renta de la tierra a partir de su precio y la tasa de interés, convirtiendo así, indebidamente, a la tierra en capital y a la renta en interés. Porque la mayoría comprendió que es exactamente al revés: el precio de la tierra se obtiene a partir de ese ingreso (renta, alquiler). De hecho, prácticamente, todas las escuelas de pensamiento consideraron que hay tres "factores" distintos de la producción (tomo el término "factor" para no abrir otra discusión innecesaria): trabajo, capital y tierra. Bienvenido al capitalismo.

Los ejemplos desagradables sirven para mostrar que la propiedad sobre toda corriente de ingresos puede tomarse como un activo, más allá de la naturaleza y causa de esos ingresos. Pero de lo que se trata no es de naturalizar ese ingreso y, una vez naturalizado, de quejarse porque su dueño puede ser perjudicado cuando se modifican los ingresos. De ese modo nunca podría, por caso, disolverse un monopolio artificial porque alguien pagó "ex –ante" por ese negocio (un activo) y ahora le corresponden sus sacrosantos rendimientos. Ni siquiera podría discutirse un problema así desde la perspectiva del interés de la sociedad, porque todo rendimiento capitalizado y convertido en un activo, según tu punto de vista, se convierte en intocable. Al mostrar que las retenciones son un impuesto sobre la renta de la tierra y no sobre la ganancia del empresario ni sobre el rendimiento de un activo, ni sobre el precio de la tierra como activo (aunque todo esto se vea afectado), la discusión se traslada: ahora pasa a importar cuál es la fuente de ese ingreso que se grava, a quién va a parar y qué ocurre si se emplea para otros usos.

Entonces, la pregunta teórica no es si, una vez que existe la renta, puede tomarse a la tierra como si fuera un activo (capital) que arroja interés, lo que es completamente obvio y no científico, sino que los interrogantes son los siguientes: ¿Cuáles son las leyes que gobiernan las variaciones en la magnitud de la renta de la tierra (el alquiler)? ¿Cuál es el origen de la renta? ¿Es una porción de la ganancia, del salario o de ambos? ¿El precio del producto –no de la tierra- determina la renta o, a la inversa, la renta determina el precio del producto? ¿Quién paga la renta en última instancia? ¿Quién produce esa parte de la riqueza, el hombre, los instrumentos o la naturaleza? No me parecen interrogantes sencillos; todos han resultado un verdadero quebradero de cabeza. El problema teórico a explicar es el alquiler (renta), no el precio de la tierra, que es simplemente la renta "capitalizada".

Para que se entienda mejor, llevando ahora los ejemplos al campo (al agro, digo), la pregunta que se hizo la teoría económica es la siguiente: supongamos que una parcela de tierra que se encuentra en la zona "núcleo" (Parcela I) se alquila por 50.000 dólares anuales, y otra en la zona marginal, por 5.000. Supongamos también, para simplificar, que los productores que las emplean obtienen la misma ganancia. ¿Por qué en una se paga más y en otra menos alquiler? Lo que contesta la teoría clásica y algunas versiones de la neoclásica (la influyente tradición marshalliana, incluso en la insulsa versión de manual de texto que la considera un "factor fijo", ver Varian (1994) Economía intermedia, Antoni Bosch, p.402) es que esta diferencia se debe a las condiciones climáticas y de fertilidad del suelo más favorables de la Parcela I. No es parte de la ganancia ni se determina por las mismas leyes. Es renta. El tema es que para producir en la Parcela I hay que incurrir en menores costos (sumando una ganancia). Esa diferencia entre un precio de venta que es igual para todos y el costo menor en las parcelas más fértiles se llama renta diferencial. Y esa diferencia no se la queda el productor sino que tiende a convertirse en un alquiler para el propietario. Va a parar al dueño de la Parcela I, porque los distintos productores van a competir entre sí por la mejor tierra de manera que el ingreso adicional escapa de sus manos y terminan pagando como alquiler máximo ese excedente sobre los costos.

Sí, Lucas, hay algo llamado renta de la tierra y no es el rendimiento de un activo, lo que convertiría a la tierra ¡en capital! Porque así, además, el alquiler sería siempre igual a la tasa de interés, cosa que es obvia si, incorrectamente, tautológicamente, se obtiene el precio de la tierra utilizando una magnitud dada de renta, utilizando la tasa de interés. Para terminar. Por lo mismo, el salario (aunque parezca serlo) tampoco es un "interés" o "rendimiento" sobre el "capital humano", conclusión a la que se llega extendiendo el mismo razonamiento. En el fondo, pienso que estas cosas debés comprenderlas, al menos para tus análisis, aunque no las tengas muy elaboradas, porque si no, no podrías decir absolutamente nada relevante de la macro y discutir si los salarios son bajos o altos, o si en base a salarios bajos se puede crecer exportando (el proyecto maquila para la Argentina). Una vez que se comprende que la renta del suelo es un ingreso que está determinado por ciertas leyes distintas a las que rigen el salario y la tasa de interés, según creo, se puede comprender mejor lo que ocurrió y ocurre en Argentina (ver el material producido por www.CENDA.org.ar).

Dejo también para el debate que te propongo –a propósito de varios comentarios de los lectores de tu blog- la discusión acerca de lo que se enseña y cómo se enseña en la Universidad Pública. Debate que, según mi experiencia, no es fácil de entablar con los economistas educados en las universidades privadas que se han formado mayormente con los manuales neoclásicos de moda (hay que ver qué año, cosecha y versión, porque estas modas son un activo muy volátil) y disponen de una escasa o nula lectura de los autores originales, aun de esa misma corriente, desde luego mucho más importantes e interesantes que los libros de texto. Y más útiles para fomentar un pensamiento independiente. En la Universidad Pública hay todavía –y debería existir aun más- pluralismo teórico.

jueves, abril 03, 2008

quiz sobre las retenciones móviles

¿Quién las aplicó por primera vez en la Argentina? (el dato me lo pasa Dr Pangloss)

Y no, no es Cristina. Mañana la respuesta en un comment.

lo posible del arte

Hace unos días, en medio de la maroma por el locáu (así le diría Mendieta), apareció Artepolitica. Es una gran idea -- bien hecha, algo así es el futuro de los blogs. El metablog. Y la verdad que está bueno lo que hicieron. Salvo la sección twitter (no tengo energías para ver de qué se trata), lo demás es útil, estético y bien organizado, en especial el linkeo estilo RealClearPolitics pero más lindo.

Si el motivo por el cual no me invitaron es de orden ideológico, saludo esa decisión. Una cosa así requiere cierta cosmovisión común mínima. Y en lo que entreveo de la suya no me hallo. Todo bien con que su manifiesto se llame manifiesto, pero esto:

el proceso democrático iniciado en 1983 en la Argentina quedó trunco debido, fundamentalmente, a la incapacidad del sistema político de poner fin a la entrega de resortes de poder y de soberanía a actores económicos nacionales y extranjeros


no pasa ninguno de mis más elementales filtros metodológicos. Y tampoco me gusta su corolario: la democracia electoral ha sido -al menos en la Argentina- una democracia formal. Lo cual nos llevaría a otros corolarios, todavía peores.

En fin, mientras miro las nuevas olas, yo ya soy parte del mar.

se viene la reforma política

¿Se acuerdan? Qué poco nos duran los entusiasmos. Ahora dicen que "se enciende el debate por la distribución de impuestos a las provincias". ¿Cuánto dicen que dura? (Ojalá me equivoque).

martes, abril 01, 2008

la retención es de 37,5%

El precio FOB informado por la Secretaría de Agricultura es hoy 428 dólares (acá la página, cliquear en "Agricultura" y luego "Precios"). Si se le resta el 1,77% que estaba bajando esta mañana, quedaría en 420. A ese nivel, la retención es de 37,5%. ¡La cosa se puede llegar a poner muy divertida si el pedido del campo pasa a ser que le suban las retenciones a 35%! ¿!A los pequeños les harán pagar por la diferencia, llegado el caso?!

la plaza del y

Esta plaza sí que es una buena oportunidad para dejar en orsai a los cortadores de ruta y a los patoteros, Cristina. Hablá con conjunciones positivas, no negativas. Hoces y martillos. Alpargatas y libros. Petróleo, carne y acero. Tierra y libertad.

Paz y administración.